Deportes. Domingo, 21 de Julio, 2019
Brillante, emotiva, digna de ser hoy considerada como la pelea del año y ser inscripta en la mejor historia del boxeo de primer nivel. Esos son apenas unos pocos de los muchos elogios que merece ‘el peleón’ que nos regalaron Manny Pacquiao y Keith Thurman. Hay que retroceder, muchos años en el tiempo para recordar una batalla donde el PacMan hubiera conseguido, como en la noche de Las Vegas, poner de pie a toda la platea del MGM Grand.
Habría que retroceder muchos años, quizás hasta las inolvidables guerras contra Juan Manuel Márquez, para recordar un rival que lo sacudiera como lo sacudió Thurman.
Estaban en juego los dos cinturones de la AMB, pero eso al final del día fue irrelevante. Así esta pelea hubiera sido una eliminatoria o un combate para decidir quien pagaba la parrillada, la reacción de la platea y los millones asistiendo frente al televisor o el dispositivo digital hubiera sido la misma: emoción y agradecimiento.
Nos dieron una pelea exuberante, repleta de acción y que terminó como terminan las guerras verdaderas, cerrada en las tarjetas y con los dos rivales repartiendo trallazos al tú por tú.
En una decisión dividida, fue victoria para el filipino y si se quiere, fue justa, totalmente justa. Por más que no hubiera existido controversia si se registraba un empate o el vencedor hubiera sido el estadounidense.
La estrategia de uno y el desajuste del otro al inicio de la pelea, sin duda, establecieron el guion de la pelea y su resultado. El filipino, al contrario de lo esperado, fue el que salió enchufado, poniendo presión y golpeo alucinante, logrando lo impensado: mandar a la lona a un sorprendido Keith Thurman en el mero primer episodio.
Ese arranque trepidante le impidió a Thurman encontrar el ritmo, se vio confundido, superado por la velocidad del filipino y sin encontrar su distancia. Recién en el tercer episodio, el PacMan bajó el pie del acelerador y Thurman logró emparejar, empezó a encontrar su ritmo. A partir de ese momento se fueron alternando en el control de la pelea.