Economía. Viernes, 16 de Mayo, 2025
Los Ángeles (EE.UU.) (EFE).- La tregua arancelaria de 90 días entre Estados Unidos y China apenas supone un respiro para el puerto de Los Ángeles, el de mayor actividad de América del Norte y el más damnificado por una guerra comercial sin precedentes de la que le costará recuperarse.
El impacto de los gravámenes al país asiático desarmó la actividad en el mayor puerto de EE.UU. con un desplome del 32 % y el 35 % en el tráfico de buques en las últimas dos semanas, un duro golpe a uno de los principales motores del estado de California, que no experimentaba una crisis similar desde la pandemia de la covid-19.
Aunque sobre el papel el acuerdo temporal entre Trump y China, que entra este miércoles en vigor, resulta favorable para el comercio entre ambos bandos, su herida deja abierta un profundo agujero en los puertos de la costa oeste difícil de atajar.
El pasado viernes por la mañana, ningún buque de carga había salido de China con mercancías hacia los dos principales puertos de la costa oeste en las últimas 12 horas, según informaron funcionarios del puerto a CNN, una escena inaudita en los últimos cinco años.
Tampoco estaban los 41 buques que tenían previsto partir de China hacia la bahía de San Pedro, que abarca los embarcaderos de Los Ángeles y Long Beach en California.