Internacional. Miercoles, 08 de Abril, 2020

A menos que ocurra un desastre imprevisto, Joe Biden representará al Partido Demócrata contra el presidente Donald Trump este otoño, el lugar del ex vicepresidente en la boleta electoral general cementado el miércoles por la decisión de Bernie Sanders de poner fin a su campaña.

Biden probablemente no asegurará la cantidad de delegados necesarios para obtener la nominación hasta junio. Pero sin que quede ningún rival demócrata, está en marcha una campaña de elecciones generales que seguramente será la más cara y una de las más desagradables en la historia de Estados Unidos.

“No será fácil. Nadie está confundido acerca de eso. Pero estamos listos para las elecciones generales. Estamos listos para nuestro abanderado ”, dijo el presidente del Comité Nacional Demócrata, Tom Pérez. «Estoy seguro porque los valores de Joe Biden reflejan los valores de la mayoría de los estadounidenses que podemos ganar».

En Biden y Trump, los votantes elegirán entre dos septuagenarios blancos con recetas dramáticamente diferentes para la atención médica, el cambio climático, la política exterior y el liderazgo en una era de partidismo extremo.

A los 77 años, Biden se convierte en el candidato presidencial más antiguo de la historia moderna. Y después de haber pasado la mayor parte de su vida como funcionario electo en Washington, ningún candidato ha tenido más experiencia en el gobierno.

Pero en Trump, Biden se enfrenta a un adversario como nunca antes había enfrentado en su carrera política de décadas. El presidente republicano de 73 años comienza con una enorme ventaja en efectivo y una buena voluntad de ganar a cualquier costo.

La campaña de Trump avanza con un ataque múltiple que combina críticas legítimas con acusaciones infundadas y, en algunos casos, teorías de conspiración directas. Es similar al libro de jugadas no convencional que Trump usó contra Hillary Clinton hace cuatro años con un éxito inesperadamente devastador.

El portavoz de la campaña de Trump, Tim Murtaugh, dijo que Biden será retratado como demasiado liberal para la mayoría de los estadounidenses, agobiado por las preguntas sobre los negocios en el extranjero de su hijo y sobre la agudeza mental cuestionable a su edad. Brad Parscale, gerente de campaña de Trump, predijo que Trump «destruiría» a Biden, a quien el presidente y sus aliados han apodado «Sleepy Joe».

«El presidente Trump todavía está perturbando a Washington, DC, mientras que Biden representa la antigua y cansada forma y continúa mimando al régimen comunista en China», dijo Parscale.

El equipo de Trump también cree que puede ganarse a los partidarios de Sanders descontentos que ven a Biden como un experto consumado. Poco después del anuncio de Sanders, el presidente acusó sin evidencia de que los líderes demócratas conspiraran contra Sanders.

El Comité Nacional Republicano ya ha reunido un extenso libro de investigación sobre Biden. El Partido Republicano ha dedicado 10 investigadores a Biden y envió cientos de solicitudes de libertad de información y registros públicos relacionadas con Biden para recopilar material dañino adicional.

Antes de que Biden pueda cambiar todo su enfoque a Trump, el ex vicepresidente tiene la tarea de ganarse a los escépticos partidarios de extrema izquierda de Sanders, quienes han destrozado el historial de Biden en comercio, justicia penal, Estados Unidos corporativo y política exterior. El ala más progresista del partido también teme que las políticas de Biden sobre atención médica y medio ambiente, entre otras, no lleguen lo suficientemente lejos.

Por ejemplo, Biden apoya la atención médica universal, pero a diferencia de Sanders, preservaría el sistema de seguro privado y ofrecería a los estadounidenses una «opción pública» respaldada por el gobierno en lugar de la firma «Medicare para todos» de Sanders.

Los asesores de Biden señalan que ya había comenzado a llegar a las organizaciones progresistas alineadas de Sanders, incluidas aquellas centradas en los jóvenes como el Movimiento Sunrise y la Marcha por nuestras vidas.

Quizás el aliado más poderoso de Biden, el ex presidente Barack Obama, guardó silencio el miércoles. Aún así, se espera que el ex presidente y la primera dama Michelle Obama ayuden a unir al partido detrás de Biden, quien sirvió durante ocho años como vicepresidente de Obama.

Trump trató de levantar sospechas sobre por qué Obama aún no había respaldado a Biden, diciendo: “¿Cuándo va a suceder? ¿Por qué no es él? Él sabe algo que tú no sabes. Los ex presidentes generalmente no se interponen en el proceso primario, y Obama había mantenido durante mucho tiempo que no se involucraría hasta que se seleccionara a un candidato.

El nuevo estado de Biden como el presunto nominado le da la libertad de avanzar más abiertamente con la selección de su propio compañero de fórmula. Ya comenzó a investigar posibles vicepresidentes, pero tuvo que caminar con cuidado con Sanders todavía en la carrera.

No más.

La consejera general de la campaña, Dana Remus, y un asesor externo, Bob Bauer, lideran las primeras semanas del proceso de búsqueda. Bauer se desempeñó como abogado de la Casa Blanca para Obama y está casado con Anita Dunn, la principal estratega de campaña de Biden.

Biden reconoció durante una recaudación de fondos virtual el miércoles que su equipo ha discutido una línea de tiempo más rápida para anunciar a su compañero de fórmula, que tradicionalmente llega en la víspera de la convención nacional. Pero, agregó, «Va a tomar un tiempo superar la investigación habitual».

Mientras tanto, ambos candidatos están enfrentando una pandemia de coronavirus que ha convertido la logística de la campaña 2020 en su cabeza. Con las tasas máximas de infección aún a varias semanas de distancia en muchas partes del país, el brote y la devastación económica relacionada desempeñarán un papel importante en la configuración de las actitudes de los votantes y la logística de la campaña.

Por ahora, Biden y Trump están efectivamente atrapados en casa como gran parte de Estados Unidos.

El equipo de Biden sugiere que su empatía y experiencia son correctas por el momento, sin embargo, ha luchado por ser escuchado desde el improvisado estudio de televisión en el sótano de su hogar en Delaware. La campaña se ha comprometido a al menos un evento virtual cada día, mientras que Trump ha protagonizado sesiones informativas diarias ampliamente vistas en la Casa Blanca sobre el brote de coronavirus.

A pesar de los desafíos, Biden avanzará hacia el otoño con una amplia coalición compuesta por blancos de la clase trabajadora, afroamericanos mayores e incluso republicanos descontentos que han sido alienados por el Partido Republicano de Trump. El Proyecto Lincoln, una colección de ex republicanos, apoyó formalmente a Biden poco después del anuncio de Sanders.

«Mientras Estados Unidos se enfrenta a una pérdida sin precedentes, necesitamos un líder que pueda estabilizar nuestro barco de estado, vendar nuestras heridas comunes y llevarnos a nuestro próximo capítulo nacional», dijo el cofundador del grupo, Reed Galen. «Joe Biden tiene la humanidad, la empatía y la firmeza que necesitamos en un líder nacional».