Internacional. Miercoles, 14 de Agosto de 2024
DIARIO ECO/BRASILIA, BRASIL.- Luego de que el Gobierno de Daniel Ortega, que ordenó abandonar Nicaragua al embajador brasileño en esa nación, Breno Souza da Costa, en respuesta, el gobierno de Ignacio Lula da Silva ordenó la expulsión de la embajadora de Nicaragua en su nación, Fulvia Patricia Castro Matu.
La decisión del gobierno de Ortega fue argumentada con la ausencia de Souza, el pasado 19 de julio, en los actos conmemorativos del 45 aniversario de la revolución sandinista.
Este enfrentamiento entre los gobiernos de Lula y Ortega coincide con la iniciativa diplomática, liderada por el brasileño y que cuenta con la participación de Colombia y México, para que el chavismo entregue las actas electorales y demuestre si ha ganado los comicios presidenciales.
Con este movimiento, Ortega pretende desacreditar a Lula como mediador en Venezuela por estar supuestamente confabulado con Estados Unidos.
A diferencia de Nicaragua o Venezuela, Brasil no es un país que expulse diplomáticos con facilidad. Una de las señas de identidad de su política exterior es mantener relaciones diplomáticas y canales de comunicación con el mayor número posible de países.
Estos acontecimientos marcan un antes y un después en las relaciones diplomáticas de izquierda en América Latina.