Después del huracán Laura, los residentes se preocupan por la ayuda

LAKE CHARLES, Luisiana (AP) – En cuestión de horas la semana pasada, el huracán Laura arrasó la tienda de llantas que la familia Layla Winbush comenzó hace poco menos de un año, reduciendo la mayor parte a escombros y esparciendo cientos de llantas por el lote. La tormenta también dañó su casa, que ahora huele a moho.

Los funcionarios federales y estatales están ahora en el terreno para ayudar a los residentes con las reparaciones del hogar y las estadías en hoteles. Pero Winbush dijo que se siente sola, particularmente después de ver un video del presidente Donald Trump, quien visitó el área el sábado, bromeando con los funcionarios de la Costa del Golfo de que podrían vender copias de su firma por $ 10,000.

“No podemos depender del presidente. No podemos depender de nadie ”, dijo. «Simplemente tomaremos lo que tenemos y lo haremos».

A medida que los residentes de Lake Charles evacuados comenzaron a regresar a sus hogares, a muchos les preocupaba no contar con el apoyo suficiente de los gobiernos federal y estatal, ya que enfrentan un proceso de reconstrucción que seguramente llevará varios meses, si no más.

El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, advirtió el lunes que los residentes esperaban una larga recuperación, con 324.000 cortes de energía en todo el estado y cientos de miles de personas sin agua por completo o bajo advertencias de hervir agua.

“Va a ser una tormenta muy difícil de recuperar”, dijo el gobernador.

Los equipos estaban comenzando a llevar motosierras a los árboles caídos y a reparar los techos, pero la mayoría de las casas en Lake Charles destruidas por la tormenta todavía estaban intactas. El huracán de categoría 4, que tocó tierra el jueves justo al sur de Lake Charles cerca de Cameron, Louisiana, antes de amainar casi 12 horas después, registró vientos de 240 kph (150 mph) y una marejada ciclónica que, según las autoridades, alcanzó los 15 pies (15 pies). 4,5 metros) en algunas zonas.

Hasta ahora, 18 muertes en Texas y Luisiana se han atribuido a la tormenta; más de la mitad de esas personas murieron por intoxicación por monóxido de carbono debido al funcionamiento inseguro de los generadores.

La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias envió a cientos de trabajadores a la región para ayudar con la búsqueda y rescate y otros esfuerzos. Mientras tanto, la Guardia Nacional de Luisiana había entregado cientos de miles de botellas de agua y comida y casi 20.000 lonas, dijo el gobernador.

Pero las necesidades eran sustanciales. En la parroquia de Calcasieu, que fue muy afectada, algunos esperaron horas en fila para obtener lonas, agua y otros suministros en los sitios de distribución, dijo el portavoz de la parroquia Tom Hoefer. Toda la parroquia había estado sin electricidad, y en muchas áreas, incluida la sede de la parroquia de Lake Charles que alberga a más de 78,000 personas, el agua no fluía de los grifos, dijo. Varios residentes dijeron que el suministro de agua seguía siendo intermitente.