Internacional. Viernes, 02 de Septiembre, 2022
DIARIO ECO/PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ.- La crisis económica que atraviesa Haití tiene a la población al borde de la desesperación, sin saber que hacer ante la carestía de los alimentos y la escasez de combustible, y que además, la violencia entre bandas armadas la agudiza aún más.
Según narró Daphney, comerciante del Mercado Público de Pétion-Ville, en la capital, algunos nacionales haitianos no tienen para el sustento propio o de su familia. «La vida es dura para mí. No puedo comprar comida. No puedo comprar nada. Tengo un negocio, pero la gente no viene a comprar», expresó mientras se encontraba junto a uno de sus hijos.
En este orden, otra comerciante, Marie, lleva al menos tres años vendiendo sus productos en el mercado de Tabarre, cerca de la embajada de Estados Unidos en Haití y, según dice a Efe, no ha percibido ningún cambio en los precios, a pesar de una serie de medidas anunciadas por las autoridades para reducir el coste de la vida.
«No hay ningún cambio. El precio al que compro los productos no ha variado. El pollo sigue siendo caro. Solo el precio de las judías ha disminuido más o menos. Un saco de arroz se vende a 3.000 gourdes (unos 20 dólares). Así que todavía no ha bajado», afirma.
El gobernador general del Banco de la República de Haití (BRH), Jean Baden Dubois, reconoció que la situación económica de Haití es «preocupante», dadas las previsiones de un crecimiento negativo del 0,4 % del Ministerio de Economía y Finanzas.
La macroeconomía «está llena de desafíos», especialmente tras haber alcanzado, el pasado junio, la tasa de inflación más alta de los últimos diez años, del 29 %, mientras que el precio de los productos importados está aumentando un 40 %.
Fuente: EFE