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Ovidio Guzmán llega a acuerdo con el FBI

Internacional. Jueves, 08 de Mayo, 2025

DIARIO ECO/WASHINGTON, EE. UU.- Ovidio Guzmán López, alias El Ratón, ha llegado este martes a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, para declararse culpable por narcotráfico a cambio de entregar información a las autoridades, según ha informado la Corte del Norte de Chicago. El hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, extraditado desde México en 2023, tenía prevista una audiencia el próximo lunes ante la jueza Sharon Johnson. La vista ha sido pospuesta ante la noticia del acuerdo y se ha fijado para el 9 de julio, cuando el presunto narcotraficante se declarará culpable.

La noticia ataja el cúmulo de rumores en torno al pequeño de los hermanos Guzmán, al menos los fichados en Washington, el propio Ovidio, Joaquín, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo. Desde hace meses, la comidilla de los juzgados en EE UU era que El Ratón optaría por declararse culpable, vista la cantidad de acusaciones que pesaban en su contra, una docena en total, cinco en Chicago, seis en Nueva York y una en el Distrito de Columbia, la mayoría por tráfico de droga, fentanilo, cocaína, y metanfetamina.

La pregunta apunta ahora al contenido del acuerdo alcanzado entre El Ratón y las autoridades estadounidenses. En juicios anteriores contra capos del narcotráfico mexicanos, caso del Chapo, por ejemplo, su padre, la fiscalía usó los dichos de sus antiguos aliados, como el hijo de su viejo socio, Vicente Zambada, alias Vicentillo, para apuntalar la acusación. No sería raro que ahora los fiscales dieran la vuelta a la tortilla y usaran los dichos del Ratón, contra el padre del Vicentillo, Ismael El Mayo Zambada, en custodia de las autoridades de aquel país desde julio.

La caída en desgracia de la familia Guzmán acelera. El asesinato en 2008 de uno de los hijos mayores del Chapo, Edgar, parecía apenas un traspié en el negocio familiar, el pago de un doloroso peaje criminal. Pero las detenciones posteriores del patriarca, sobre todo la segunda, después de su última fuga, inauguraba una decadencia creciente. Sin El Chapo en escena, sus hijos, Los Chapitos, pelearon contra sus viejos socios. Primero fue Dámaso López y su facción, desarticulada con rapidez a finales de la década pasada. Ahora, la batalla es contra los hijos y secuaces de Zambada, guerra que no concluye. Entre medias, los hermanos han ido cayendo.

Primero fue El Ratón, que cayó en enero de 2023 en la sindicatura de Jesús María, al norte de Culiacán, la capital de Sinaloa, donde tenía su casa. Las autoridades lo tenían en la mira tras el intento de captura fallido de octubre de 2019, el celebérrimo Culiacanazo. Entonces, militares de élite trataron de capturarlo y llevárselo del centro de la ciudad, pero la reacción brutal de su grupo, que sitió la ciudad, obligó al Gobierno a soltarlo. Tres años y unos meses después, los militares tuvieron éxito y dieron con los huesos de Ovidio en prisión. En septiembre, el Gobierno lo extraditó a EE UU.

Luego fue Joaquín, presunto autor de una de las traiciones delictivas del siglo. En julio de 2024, el hijo del Chapo engañó a su padrino y viejo socio de su padre, El Mayo Zambada, para acudir a una junta en Culiacán. La reunión como tal era una excusa para secuestrar al veterano capo del Cartel de Sinaloa, meterlo en un avión y llevárselo a escondidas a EE UU. La entrega de Zambada a las autoridades de aquel país debería colocar en buena posición a Joaquín y ayudar Ovidio en el proceso, detalles que de momento se desconocen.

Así, Los Chapitos, menguados por la guerra contra sus viejos aliados, golpeados por las decenas de detenciones que han sufrido estos meses, se han visto reducidos al liderazgo de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo. No queda claro qué papel juegan ahora mismo en la guerra otros líderes antiguos del cartel, caso de Aureliano El Guano Guzmán, su tío, o el capo de la zona norte de Sinaloa, Fausto El Chapo Isidro. El panorama pinta complicado para los Guzmán, a la espera de nuevas revelaciones en los procesos pendientes al norte del río Bravo.

 

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