Opinión. Viernes, 07 de Noviembre, 2025
La política contemporánea ya no se define entre las paredes del poder, sino en los espacios donde la ciudadanía se expresa y participa activamente. Hoy, las redes sociales se han convertido en una nueva arena pública donde se construyen ideas, se fiscalizan decisiones y se da forma a las conversaciones que mueven al país. Vivimos en tiempos donde la política se decide día a día, no solo en momentos de crisis, sino también en los buenos tiempos, cuando el compromiso y la coherencia se ponen a prueba.
Durante mucho tiempo, la política se percibió como un ámbito restringido, ajeno al interés juvenil. Sin embargo, esa concepción se ha roto. Los jóvenes dominicanos son más conscientes, críticos y conectados con los temas que realmente importan: empleo, educación, equidad, sostenibilidad y transparencia.
El desafío está en trascender el reclamo y pasar a la acción. Esta generación, marcada por la resiliencia ante crisis globales y locales, posee la preparación, la energía y el compromiso necesarios para impulsar los cambios estructurales que el país demanda.
El año 2028 debe convertirse en el escenario electoral donde la juventud asuma con responsabilidad el mayor número de posiciones de liderazgo político. Se trata de un paso natural en la evolución democrática del país, que exige rostros nuevos, ideas frescas y liderazgos auténticos.
La historia llama a esta generación a ser parte activa de la transformación. No basta con soñar un país distinto: hay que construirlo. Porque el futuro no se espera ni se delega… el futuro es ahora.