Opinión. Viernes, 14 de Noviembre, 2025
Luego del apagón nacional ocurrido el pasado martes, el cual dejó el sistema de transporte colapsado y a todo un país paralizado, el presidente de la República, Luis Abinader, se encuentra en una disyuntiva de cara a LA Semanal con la Prensa, para el próximo lunes 17 de noviembre.
El mandatario deberá decidir si acudir a su encuentro con los comunicadores y responder todas las preguntas de los representantes de la prensa que están sedientos de información precisa y certera o ausentarse para evitar ser cuestionado sobre el blackout del que aún el Comité de Fallas del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado -SENI- no tiene una respuesta para ofrecer.
La República Dominicana llega al próximo lunes en un clima de incertidumbre y tensión institucional. La nación todavía no cuenta con un informe oficial que explique qué originó el apagón nacional del pasado martes, un evento que paralizó servicios básicos, afectó al sector productivo y puso en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico. Mientras el Comité de Energía continúa sin ofrecer una respuesta concluyente, el presidente Abinader tiene agenda con La Semanal con la prensa, por lo que la ausencia de datos técnicos abre un espacio de expectativas, preocupaciones y especulaciones que merecen ser examinadas con cautela.
Cualquiera que sea la decisión que el mandatario presente el lunes, lo cierto es que llegará en un momento donde la ciudadanía exige claridad, no discursos. El país ha visto cómo, en cada gran falla eléctrica, la responsabilidad se distribuye entre comités, informes preliminares y explicaciones fragmentadas que nunca terminan de identificar culpables. El apagón del martes, sin embargo, fue lo suficientemente grave como para exigir otro nivel de transparencia. El Gobierno está obligado a entender que antes de tomar medidas administrativas o anunciar reestructuraciones, debe responder una pregunta básica: ¿por qué colapsó el sistema? Sin ese dato elemental, cualquier decisión corre el riesgo de convertirse en un gesto político sin sustancia técnica.
En este contexto, LA Semanal del próximo lunes no solo será una prueba para el presidente Abinader, sino también para la institucionalidad del sector eléctrico. Si lo que diga el mandatario llega sin un informe claro del Comité de Fallas, el Gobierno enviaría un mensaje equivocado: priorizar el impacto mediático por encima de la responsabilidad técnica. Pero si, por el contrario, el mandatario utiliza este espacio para exigir, públicamente, un informe concluyente, establecer plazos y asumir compromisos firmes de reforma, podría transformar un momento crítico en una oportunidad de liderazgo. La nación no espera anuncios; espera explicaciones. Y el lunes será el día en que el presidente decida de qué lado de esa expectativa se coloca.