Opinión. Martes, 25 de Marzo, 2025
El reciente incidente en el que un agente de la Policía Nacional agredió con una pistola eléctrica al presidente de la Cruz Roja en Jarabacoa dentro del Hospital Cabral y Báez es un reflejo preocupante del abuso de autoridad y la falta de criterio en el uso de la fuerza por parte de algunos miembros de las fuerzas del orden.
La Cruz Roja es una institución humanitaria reconocida mundialmente, cuyo personal, en muchas ocasiones, trabaja en coordinación con las autoridades para asistir a la ciudadanía en situaciones de emergencia. La agresión a su presidente no solo es un acto injustificable, sino que también envía un mensaje equivocado sobre la relación entre las entidades de socorro y las fuerzas de seguridad.
Es inaceptable que, en un centro de salud, donde se supone que prime el respeto y la cooperación, se den hechos de violencia como este. Las pistolas eléctricas, aunque consideradas una alternativa «no letal», pueden causar graves daños si no se emplean con criterio. Su uso contra una persona que no representa una amenaza inmediata es un abuso de poder que debe ser investigado y sancionado.
Las autoridades deben tomar medidas inmediatas para esclarecer los hechos y aplicar las sanciones correspondientes. Asimismo, es urgente reforzar la capacitación de los agentes policiales en el manejo de conflictos, el uso proporcional de la fuerza y el respeto a los derechos humanos.
La seguridad pública no se fortalece con violencia indiscriminada, sino con instituciones que actúen con profesionalismo y respeto. Exigimos justicia y garantías de que actos como este no volverán a repetirse.