Opinión. Lunes, 31 de Marzo, 2025
Los acuerdos bajo la mesa a los que llegan las elites, en todos los países y los que República Dominicana no está libre de culpa, nunca permitirán que las causas «justas» sean desarrolladas más allá de donde los interés, de quienes toman las decisiones, se vean afectados.
El tiempo de los patricios ya pasó. Pueden existir personas con causas nobles, pero al final son contagiadas por las mañas de quienes dirigen la nación a su antojo, aunque está puedan llegar disfrazadas de buenas intenciones.
Los políticos se ponen de acuerdo en reuniones clandestinas para tomar las decisiones de los millones de personas que habitan la nación, y los inversionistas y patrocinadores hacen su exigencias, de ahí surgen las agendas, marcada por los intereses individuales de unos cuantos.
Los más poderosos, esos que estuvieron, los que están y los que aspiran llegar al poder son los peores, unos usan grupos equis para mandar ataques contra sus adversarios y otros para que los defiendan cuando son atacados, pero el ciudadano común, desde su ignorancia, no se da cuanta del juego perverso de quienes se hacen llamar líderes.
Y así es como se manipula la mente del ciudadano común, ese que no hace más que repetir como borrego lo que escucha de otros, sin detenerse a hacer el más mínimo análisis, que habla de los temas que son tendencias, solo porque todos quieren pertenecer, pero que no entiende las complejidades, no entiende los acuerdos soterrados a los que han llegado determinados grupos con quienes toman las decisiones, solo por un bien individual, no el común.