Opinión. Martes, 23 de Septiembre, 2025

David Collado ha demostrado, con hechos y no solo con palabras, que es posible ejercer la función pública con transparencia, integridad y visión estratégica. Desde su llegada al Ministerio de Turismo, no solo ha dinamizado uno de los sectores más importantes de la economía dominicana, sino que también ha dejado una impronta ética que marca la diferencia en el manejo de los recursos públicos.

A diferencia de prácticas pasadas que empañaron la confianza ciudadana en las instituciones, Collado ha sido categórico: no tiene un solo familiar directo en el Gobierno, ni involucrado en negocios con el Estado dominicano. Esta decisión no es casual ni simbólica; es una manifestación clara de su compromiso con la ética pública, la meritocracia y el respeto a los principios democráticos.

Asimismo, ha reiterado que no recibe comisiones de contratistas vinculados al Ministerio de Turismo, ni antes ni durante su gestión. Su manejo pulcro de los fondos públicos ha sido reconocido no solo por la opinión pública, sino también por organismos internacionales y actores del sector turístico, tanto locales como extranjeros.

Bajo su liderazgo, el turismo dominicano ha alcanzado cifras récord en llegadas, inversión y recuperación postpandemia, todo esto dentro de un clima de confianza, planificación y transparencia institucional. Ha logrado armonizar los intereses del sector privado y público, creando un ecosistema de colaboración que posiciona a la República Dominicana como líder del Caribe en materia turística.

David Collado representa una nueva generación de servidores públicos: honestos, eficientes y con un profundo sentido de responsabilidad social. Su ejemplo debe servir como modelo para todos aquellos que aspiran a servir al país con dignidad y compromiso.