Opinión. Lunes, 20 de Enero de 2025
La irresponsabilidad exhibida por el alcalde Dio Astacio frente a los munícipes de Santo Domingo Este debe dar lugar a cuestionamientos públicos e interpelación por parte del concejo de regidores si estos cumplieran la función de fiscalizar.
El alcalde Dio Astacio está poniendo en peligro la vida y la salud de los que habitamos Santo Domingo Este.
Y esta acusación no la estamos haciendo por cuestiones político partidaria porque hace tiempo que no milito en ningún partido político.
Quien ha certificado estas faltas cometidas por el Alcalde y que expongo de manera responsable es la institución encargada de preservar el medio ambiente, la misma que debe cuidar que las leyes medioambientales se cumplan y es el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
A mediados de noviembre le formulamos 3 preguntas a dicho Ministerio, la respuesta de esta institución me dejó pasmado, decepcionado, triste y asustado pero además muy indignado ante tanta irresponsabilidad de un alcalde que su única misión es el aparataje y la improvisación en cada una de sus actuaciones.
Haciendo uso de la ley 200-04 sobre Acceso a la Información Publica le formulamos 3 preguntas al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
En la primera pregunta solicitamos Información sobre el peligro Ambiental que representan los contenedores colocados por Dio Astacio en el Municipio Santo Domingo Este.
El Ministerio de Medio Ambiente a través de su oficina de Libre Acceso a la Información, nos contestó de manera textual lo siguiente: “El peligro que pudiera representar esos contenedores estarían sujetos a que no se vaciaran diariamente ni se higienizaran”
Este informe me lleno de preocupación porque tengo la certeza de que a veces duran semanas sin vaciarse ni mucho menos limpiarse
Dice el Ministerio de Medio Ambiente que, si no se hace diariamente, como al efecto no se hace, “La descomposición de los residuos sólidos orgánicos genera lixiviados que provocan un gran hedor, además son caldos de cultivo para la proliferación de roedores, (ratas, cucarachas y mosquitos). (Texto tomado literalmente de su respuesta)
La segunda pregunta que realicé fue la siguiente: ¿Existe autorización del ministerio de Medio Ambiente para la colocación de dichos contenedores?
Recibiendo como respuesta que “No existe ninguna autorización del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales para colocar esos contenedores”
¡Ni siquiera consultaron para nada a Medio Ambiente! ¡Cuánta irresponsabilidad!
La tercera pregunta formulada consistió en saber si por lo menos el Alcalde había realizado o solicitado algún estudio de impacto ambiental que causarían esos contenedores abarrotados de basura en Santo Domingo Este.
La respuesta de la institución encargada de velar por el medio ambiente fue impactante.
“No existe ningún estudio de impacto ambiental realizado a los contenedores que evidencien los impactos generados por esos contenedores de metal” y continuaron explicando lo siguiente:
“Tomando en cuenta que son contenedores abiertos, donde se vierten los residuos, si no se recogen diariamente, estos contenedores se llenan y se caen los residuos del suelo, esto genera impacto a la salud pública, al suelo y al aire”
En otras palabras, “Dio Astacio nos expone al peligro de enfermarnos” “El Ayuntamiento no cuenta con los permisos para colocar esos vertederos de metal improvisados en nuestras calles”
Y lo peor “No existe ningún estudio de impacto ambiental sobre el daño que provocan esos contenedores de metal”
¿Y los regidores de la oposición? Bien gracias.
Y yo me pregunto, ¿Que está haciendo el Ministerio de Salud Pública que observa impávido como Dio Astacio nos enferma?
¿Por qué el Ministerio de Medio Ambiente no interviene para suprimir estas acciones?
¿Dónde están los ambientalistas?
Hay que frenar a quien nos expone a padecer enfermedades, hay que ponerles un stop a esas cajas de la muerte y buscarles una solución a esos contenedores infernales.
Cuando comiencen las enfermedades y muertes, será demasiado tarde.
La irresponsabilidad del alcalde es enorme y puede tener consecuencias funestas para un millón de habitantes que pernoctamos en Santo Domingo Este.