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Dra. Rosalía Sosa Pérez: sabia, preparada y visionaria

Por Joseph Mendoza

Opinión. Miercoles, 02 de Julio, 2025

Los griegos, no sin razón, concibieron la filosofía como el amor a la sabiduría. (Filo= amor y sophia= sabiduría). Significa, entonces, que para ellos,  sabiduría, cuando menos, habría de ser  reflejo certero de la razón, el pensamiento y la razón humana.

Sería así y no de otro modo, porque, como se ha de suponer, la sabiduría no es sino elevada expresión del conocimiento profundo y virtuoso.

Diríase, sin duda alguna, que Rosalía Sosa Pérez es posesa, en grado sumo, de la sabiduría.

Por eso, en todo momento, es prudente, sensata y mesurada en todo cuanto hace, piensa y razona. Y no es para menos, ya que domina La lógica jurídica y, por ende, La lógica o  arte de pensar.

La lógica, en su estado más puro y elevado  nivel de rigor, es indispensable para pensar bien y discernir lo correcto de lo incorrecto.

Como diría Antoine Arnauld Pierre Nicole con impecable claridad:

La lógica es el arte de digiriendo adecuadamente la razón en el conocimiento de las cosa, tanto para que cada uno se instruya así mismo como para instruir a los otros”.

Por eso y su admirable sabiduría Sosa Pérez piensa bien y no desespera ante la prisa del tiempo y los  más complicados problemas existenciales. Al  contrario: mantiene  plena serenidad frente a  desafíos,  conflictos e incertidumbres de la vida.

Justamente por su abundante sabiduría,  es con sobrada razón:

-Lúcida.

-Inteligente.

-Disciplinada.

-Perseverante.

-Auténtica.

– Solidaria.

– Creativa.

– Comprensiva.

– Reflexiva.

-Meticulosa.

– Prudente.

-innovadora.

– Razonable.

Y talentosa, con gran vocación de servicio, capacidad y paciencia, no solo para afrontar situaciones complejas, sino para escuchar la voz del otro.

Rosalía ha forjado su sabiduría no sólo a la luz de sus   experiencias, sino sobre la base de constantes estudios realizados, con  ardiente pasión, en varias vertientes del conocimiento. Como son, por ejemplo: el Derecho, la Economía y la educación universitaria.

Hace algunos años, con denodados esfuerzos,   alcanzaría, entre otros no menos importantes, los siguientes grados profesionales:

Licenciada y doctora  en Derecho; también licenciada en Economía y Maestría en dicha área, así como postgrado en Derecho Penal.

Participó, además, en la Especialidad en Entornos Virtuales y tiene dominio de  los siguientes  idiomas: Español, Inglés, Ruso y Francés .

Sería significativo precisar que  Rosalía Sosa  fue docente del programa doctoral  de la Universidad del País Vasco que se imparte en la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra y  responsable Ad-Honorem de la Cátedra UASD-UNESCO: Cultura de paz, Derechos Humanos y Democracia, de la cual fue su fundadora.

De igual manera, cabe destacar, que fue Directora Ejecutiva de Participación Ciudadana; Vicedecana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas  de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

En la referida Facultad  desempeñó, muy bien, la Dirección de Postgrado.

En la actualidad, es Vicerrectora de Extensión de la UASD. No se puede dejar de decir, al menos, que en tan importante cargo ha venido desarrollando una labor ejemplar.

Inspirada en Élan vital del saber, la Dra. Sosa ha participado en diversos talleres, seminarios y cursos de especialización profesional, con el propósito fundamental de fortalecer y en zanchar, aún más, su  brillante capacidad intelectual y vasta sabiduría.

Juan Luis Vives (filósofo, teólogo, educador y gran humanista del contexto epocal renacentista) conceptualiza la sabiduría de  manera explicita y realista:

La verdadera sabiduría consiste en juzgar rectamente de las cosas de modo que consideremos cada una tal cual es; no tomemos la viles por preciosas ni rechacemos las preciosas como viles; no vituperemos las dignas de alabanza ni elogiemos las merecedoras de vituperio”.

Según lo dicho, Sosa Pérez  valora, sin ínfulas banales, la realidad en su justa dimensión. Ella sabe, siempre alejada de ímpetus  zahirientes y  devaneos irracionales, cómo y cuándo se deberían hacer las cosas y así, evitar laberintos de angustias, tormentos y desasosiego.

Se ha dicho, en reiterada ocaciones, que la sabiduría llega con los año. Sin embargo, con Rosalía Sosa ocurrió lo contrario: la sabiduría le llegó a temprana edad. Lo cual, ciertamente, es un privilegio, ya que la sabiduría, desde la lejana antigüedad griega,  es tenida en alta estima.

Para el viejo Sócrates, la sabiduría no es sino el reconocimiento del no saber. Platón, según su punto de mira, la  percibe como la capacidad de   comprender  Formas, Ideas eternas y abstractas, que, como tal, habrían de ser la verdadera realidad.

Totalmente diferenciado de él, Aristóteles concibió la sabiduría como  virtud intelectual que entiende, no sin esfuerzos, los principios y causas de las cosas.

Es necesario dejar bien claro, sin ambages, que la Dra. Rosalía Sosa no se contentaría con ilusionismo  desvanecido, ni mucho menos, con la superficialidad de la realidad concrecional, ya que, con mente lucida y sabia, procura sus principios, causas y fundamentos.

La reconocida filósofa Mónica Cavallé, quien tiene el gran mérito de haber introducido en España la filosofía como terapia, reflexiona la sabiduría sin especulaciones baladíes, al tiempo que revela, con claridad y precisión, su esencia significativa:

La sabiduría no dice que haya que  desdeñar el mundo fenoménico para acceder a la Realidad que supuestamente se oculta ‘detrás de él. Afirma, por el contrario, que la evidencia es la apariencia de la Realidad cuando cesa la actividad divisoria y separadora del pensamiento conceptual; cuando  no dotamos a los conceptos y las palabras, a las convenciones  abstractas  del pensamiento, la sustancia propia”.

Esa percepción sobre lo que es en “ sí” para  “sí” la sabiduría, Rosalía la trasciende, en tanto cuanto sustancializa su pensamiento y dota  de sentidos sus palabras. De ahí que su discurso  goce de buen nivel comunicacional.

En sus pensamientos, gestos, palabras y actitudes conductuales, se siente la frescura agradable de la benevolencia, considerada  virtud de las virtudes.

Carlos Goñi, filósofos de múltiples relámpagos intuitivos, habría dicho sobre la benevolencia una verdad que, a todas luces,  parecería  incontrovertible y seductora:

La benevolencia nos constituye como especie. La benevolencia es la virtud de las virtudes, porque no se puede ser justo y prudente, ingenioso, audaz…sin querer el bien, sería una contradicción. Platón pensaba que la idea de la ideas, la idea más importante, quera la Idea de  Bien, la cual hace que todas las de más sean, porque no se puede ser sin tener algún destello de la bondad”.

En definitiva, cabría decir, no sin razón, razón, que Rosalía Sosa Pérez, además de sabía, preparada y benevolente, es visionaria. La razón: avizora, con claridad, tanto en la lejanía  como en la cercanía,  lo que otros no pueden ver.

Por ese y otros motivos, está bien preparada para dirigir, planificar y resolver  problemas, por más complejos que fuesen.

De ahí que  sea más  necesario apoyarla en todo momento y por siempre.

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