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El Defensor del Pueblo y las miserias humanas

Por: Pablo McKinney

Opinión. Martes, 02 de Diciembre, 2025

Las miserias humanas -y en especial las miserias políticas-, como la belleza de la isla, son inagotables; y si alguna duda tenía al respecto, la campaña de difamación montada por sectores políticos y mediáticos instrumentos en contra del Defensor del Pueblo me lo ha confirmado.

Si algo ha hecho el Defensor del Pueblo ha sido trabajar en favor de los derechos de todos y especialmente de los más humildes. Y además, con transparencia y pulcritud verificables. Esto no es una opinión, es un dato. Pablo Ulloa y el equipo que le acompaña, parecen tener muy claro que esto del desarrollo y el progreso debe ser un acto humano, y por lo mismo poético: No se trata de andar “con las riendas tensas” para llegar pronto pero solo, sino de marchar para “llegar con todos y a tiempo”, que escribió el inmenso León Felipe. Por eso, en 2024, el Defensor desarrolló la Ruta de los Derechos, una estrategia que recorrió todo el país e impactó a más de 52 mil personas. Si su existencia depende del lugar donde vive cada ciudadano, la democracia y los derechos no sirven.

Son terribles. La bajeza de tachar una columna de un gráfico, para afirmar que la institución había gastado en un mes en una tarjeta de crédito, el monto que en realidad gastó durante todo un año es una calumnia incalificable. Pero resulta que en la página web de la institución están los datos, estadísticas y certificaciones que demuestran, por ejemplo, lo que para promover la Constitución de la República, especialmente entre los más jóvenes, ha hecho la institución. Como están los Diálogos en tu Comunidad por el Bien Común, realizados en todos los municipios del país para construir un valladar de derechos, para que sepa el ciudadano que al país unos llegaron en yate, otros en yola, y los más pobres nadando, pero todos navegamos en el mismo barco que es la patria, aunque las miserias humanas, ya ven, eviten que algunos puedan entenderlo. (Qué es un hombre rico o pobre sino tiene una patria, su barrio, la esquina, los amigos).

Cuando la mezquindad choca con la verdad… comienza a morirse. Es cierto, que ha vivido más la mezquindad que la dignidad, la mentira que la verdad, pero la dignidad y la verdad viven. Algo parecido a eso debe ser la gloria.