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La angurria de morbo que revictimiza en Villa González

Por: Ramieri Delgadillo

Opinión. Jueves, 04 de Septiembre, 2025

El caso de Villa González expone no solo la brutalidad de la violencia sexual, sino también la urgencia de un periodismo que informe sin revictimizar


El reciente caso de violación grupal contra una joven de 21 años en Villa González, provincia Santiago, ha estremecido al país. El hecho, ocurrido en marzo de 2025, fue revelado tras la difusión masiva de un video que nunca debió existir: Esta doble violencia: la física, sufrida por la víctima; y la simbólica, derivada de la exposición pública, desata indignación, miedo y exigencia de justicia en la comunidad, pero también abre una puerta peligrosa para el sensacionalismo mediático.

Cuando los medios comparten imágenes o detalles morbosos, o incluso insinúan complicidad en quienes acompañaban a la víctima, contribuyen a una segunda agresión. La divulgación del video en redes no solo reavivó el trauma, sino que puso en riesgo la dignidad y el derecho a la intimidad de la joven. Como he planteado en mi Guía para la cobertura mediática de casos de violencia de género (publicada en agosto de 2023), el foco del periodismo debe ponerse en los agresores y las fallas del sistema, nunca en las personas que han sufrido violencia.

Esa “sed” de parte de la ciudadanía, sobre todo usuarios y usuarias de sociales en conocer los pormenores de una violación sexual e incluso a estar dispuestas a replicarlo y distribuirlo, responde más al morbo que a una necesidad real de información.

Esa “curiosidad”, aunque comprensible ante la conmoción social, debe reconducirse hacia una reflexión sobre las causas estructurales de la violencia sexual: la desigualdad, la cultura de impunidad, el sistema de justicia y la educación que perpetúa roles nocivos. No se trata de narrar el horror; se trata de explicar por qué ocurre y cómo prevenirlo.

Contenidos que informan sin revictimizar

El periodismo, especialmente en plataformas digitales, enfrenta el dilema de atraer audiencias y al mismo tiempo responsabilizarse éticamente. Es posible lograr ambos objetivos. En lugar de titulares morbosos, pueden publicarse análisis sobre el tratamiento legal del caso, el impacto social en comunidades como Villa González, y las reacciones institucionales, como la condena del presidente Abinader, quien calificó el hecho como “salvaje” y “cobarde” y pidió que la justicia actúe con firmeza. Este tipo de enfoque transforma la cobertura en una herramienta de denuncia y transformación social.

Aquí radica el núcleo del llamado urgente: la formación en perspectiva de género no es un lujo, sino una urgencia ética y deontológica para toda persona vinculada al periodismo. Solo desde ese enfoque se puede cubrir un caso como este sin instrumentar a quienes ya han sido víctimas dos veces. Solo con ello se cumple con los códigos deontológicos de nuestra profesión y se garantiza el derecho a una cobertura digna y transformadora.

* Según la Real Academia Española (RAE) y el Diccionario de americanismos (ASALE), angurria es, principalmente en América, un deseo vehemente o insaciable, similar a un anhelo, afán, empeño o ansia.

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