Opinión. Martes, 07 de Octubre, 2025
La puntualidad es un valor o virtud que deberían tener todas las personas, y más si son figuras que ocupan una función pública, ya que esto dice mucho de ellos, pero parece ser que, donde repartieron este principio ético, algunos regidores de Santo Domingo Este llegaron tarde.
Me consta la tardanza de concejales en las sesiones ordinarias que se llevan a cabo en la Sala Capitular del Ayuntamiento del referido municipio. El primer jueves de cada mes los representantes de los munícipes sostienen el encuentro, mismo que está establecido por ley, para debatir, someter y aprobar proyectos; la convocatoria la realizan para las 10:00 de la mañana, sin embargo, con frecuencia sucede que pasa hasta 30, 40 minutos…una hora y ni siquiera hay quorúm para comenzar, provocando así la suspensión de la actividad.
Esta recurrente práctica de los regidores es considerada como una falta de respeto hacia sus compañeros, que si son puntuales, y a los miembros de la prensa que acuden a cubrir el evento. De igual modo, refleja la poca disciplina y organización que tienen.
Pero peor aún, pese a que ellos son elegidos por el pueblo y cobran cientos de miles de pesos, además de los beneficios que reciben, algunos brillan por su ausencia.
Ante esta realidad que se vive durante las sesiones en el cabildo de SDE, ¿cómo es posible que el presidente de la Sala Capitular o los mismos regidores responsables no han alzado la voz, no han exigido orden?