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La lluvia, un sancocho de populismo, charcos, botas, capas, cámaras y micrófonos

Por José Veras

Opinión. Jueves, 23 de Octubre, 2025

Cada vez que llueve en Santo Domingo Este, el municipio parece revivir la misma pesadilla, calles convertidas en ríos, familias atrapadas entre promesas incumplidas y la desesperación producto de su desgracia.

La lluvia es un fenómeno tan natural como predecible, pero en esta media isla año tras año se convierte en una tragedia anunciada donde el agua no es el verdadero diluvio, más bien es la incompetencia.

Porque no es la lluvia la que inunda el municipio, es la falta de planificación, el abandono institucional y la improvisación convertida en costumbre. Cada temporada de aguaceros desnuda la realidad de las promesas incumplidas hechas por candidatos en campaña ( Alcalde, Regidores, Senador, Diputados y Funcionarios ) que en sus discursos de campaña decían tener una solución para cada situación, y luego de ser electos como los funcionarios, se empeñan en esconder la incapacidad de gestionar y obtener la satisfacción de la población que los eligió.

En Santo Domingo Este, basta con menos de una hora de lluvia para que colapsen las principales vías. Mientras tanto, las autoridades locales aparecen en escena siempre con uno o varios camarógrafos, o con un asistente que tenga un celular de los caros, de manera que las botas nuevas y las capas amarillas tengan buena resolución en esta pasarela, repitiendo el discurso de siempre, “las lluvias fueron más intensas de lo esperado”.
Pero ya tod@d sabemos que NO se trata de lluvias atípicas, más bien de gestiones típicamente ineficientes.

La lluvia, más que un desastre, es una prueba que Santo Domingo Este lleva décadas reprobando. Cada gota de agua que cae sobre sus calles revela la ausencia de voluntad de políticas públicas sostenibles, la falta de voluntad y la indiferencia de quienes gobiernan de espaldas a la realidad social.

En lugar de asumir responsabilidades, muchos funcionarios aprovechan el caos como pasarela. Recorren los barrios con cámaras y micrófonos, prometen soluciones “definitivas” y anuncian planes de emergencia que desde que se asoma el Sol terminan archivados junto con las fotos del día. La lluvia se convierte entonces en una oportunidad.

El Mercado de Los Mina no escapa a esta realidad social que vive el municipio, citando como ejemplo que en la pasada rendición de cuentas el alcalde anunció que había realizado la reparación de las puertas del mercado de los Mina, cuando la realidad es que recientemente los propios comerciantes tuvieron que hacer entre tod@s una COLECTA para pagar la reparación de las puertas a una empresa privada.

Santo Domingo Este y el Mercado de los Mina no necesitan más discursos ni operativos simbólicos de 🎥 y 🎤, ni ir preso preso. Necesita Voluntad, Gestión, Planificación e Inversión en infraestructuras y en su Gente. El municipio merece un MercaSDE.

La naturaleza no perdona, pero la gente tiene memoria.

Hasta el próximo aguacero.!!!
#DVERAS.

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