Opinión. Viernes, 12 de Agosto de 2022
SANTO DOMINGO, RD.- Para nadie es un secreto que la migración se ha convertido en una problemática social, ya que es una de las causas del desempleo en el país.
Según los expertos, una de las causas de migrar a otro destino tiene que ver con la pobreza, puesto que a muchas familias se le complica lograr buenas condiciones de vida y se ven forzadas a migrar internamente, cambiando de ciudad, o a irse del país de forma temporal o permanente.
Durante los últimos meses la migración dominicana se ha acrecentado debido a la situación que atraviesa el país y sobre todo, porque no hay suficiente fuentes de empleos o no le dan oportunidades laborales por falta de experiencia en el área.
También, las situaciones económicas y sociales dan cabida a lo que es la fuga de cerebros, que no es más que la migración a países extranjeros de personas con formación académica y profesional.
Los procesos migratorios resultan ser cuesta arriba en aspectos psicológicos. Especialmente cuando se trata de migraciones forzadas, cuando las personas son menores de edad o cuando la movilización se hace en solitario.
Afrontar los efectos negativos que conlleva el proceso migratorio va a depender de la persona, ya que todo ser humano es diferente. Algunos individuos pueden tener un sentimiento de tristeza por lo que dejaron atrás, incertidumbre y miedo ante lo desconocido, Mientras que otros, pueden experimentar ansiedad, depresión o síndrome de estrés postraumático, especialmente en casos de migración causada por conflictos bélicos o situaciones de violencia.
Ante este flagelo que sufre el país, es primordial que el Gobierno tome medidas contundentes para combatir esa situación y así las personas no tengan la necesidad de irse a otro país con la esperanza de que estarán mejor.
Hay muchos casos que en vez de obtener bienestar, convierten su vida en un infierno, como lo es la trata de personas.
No es solamente ofrecer oportunidades, sino de generar las opciones para que la persona pueda seguir creciendo dentro de la organización.
Por: Jenniffer De Los Santos