Opinión. Jueves, 31 de Julio, 2025
En toda sociedad democrática, especialmente en la República Dominicana, el respeto a los derechos fundamentales constituye un pilar esencial del Estado de derecho. La Policia Nacional, como encargados de hacer cumplir la ley y mantener el orden público, juegan un papel determinante en la protección de esos derechos. Sin embargo, para que su accionar sea legítimo, efectivo y respetuoso de la dignidad humana, es indispensable que reciban reentrenamientos constantes y actualizados.
1. La evolución de los derechos humanos y el rol policial
Los derechos fundamentales, consagrados en la constitución de la República Dominicana y en tratados internacionales, son dinámicos: evolucionan con los cambios sociales, tecnológicos y culturales. Esta transformación constante exige que nuestros policías no solo conozcan los marcos legales vigentes, sino que comprendan cómo aplicarlos correctamente en escenarios reales. Un agente que no ha sido actualizado en los principios del uso progresivo de la fuerza, (cinturon multi-propósito) por ejemplo, corre el riesgo de vulnerar la integridad física o moral de un ciudadano, aun sin intención maliciosa.
2. El reentrenamiento como mecanismo de prevención
El reentrenamiento periódico es una herramienta preventiva. No se trata únicamente de corregir malas prácticas, sino de reforzar buenas conductas, estandarizar procedimientos y fomentar una cultura institucional basada en la legalidad, la ética y el respeto a los derechos humanos. Capacitar constantemente en temas como trato digno, atención a grupos vulnerables, manejo de crisis, y desescalamiento de conflictos, disminuye la probabilidad de abusos y fortalece la confianza ciudadana en la policía.
3. Uso proporcional de la fuerza y control de emociones
Uno de los puntos más sensibles en la labor policial es el uso de la fuerza. En muchas ocasiones, los excesos se producen no por malicia, sino por falta de entrenamiento en técnicas de control emocional, comunicación efectiva y resolución pacífica de conflictos. La formación continua permite a los agentes desarrollar habilidades blandas y aprender a actuar con templanza, incluso en situaciones de alta tensión, lo cual es vital para evitar violaciones a los derechos a la vida, la integridad física y la libertad personal.
4. Adaptación a nuevas realidades sociales
Los contextos sociales cambian. Nuevas formas de criminalidad, protestas sociales, tecnologías de vigilancia o diversidad cultural exigen a los cuerpos policiales una capacidad de adaptación que solo puede lograrse a través del reentrenamiento constante. De lo contrario, se corre el riesgo de aplicar métodos obsoletos, ineficaces o incluso discriminatorios, que pueden desembocar en violaciones sistemáticas de derechos.
5. Responsabilidad institucional y formación continua
Es deber del Estado garantizar que sus agentes cuenten con los conocimientos y habilidades necesarias para actuar conforme al ordenamiento jurídico. No basta con una formación inicial. El reentrenamiento debe formar parte de una política pública sostenida, con planes curriculares adaptados, evaluación constante del desempeño y mecanismos de sanción y corrección en caso de desviaciones.
Conclusión
La garantía de los derechos fundamentales no depende solo de normas escritas, sino de prácticas institucionales reales. El reentrenamiento policial no es un lujo, es una necesidad urgente para que los ciudadanos vivan en un entorno seguro, justo y respetuoso de su dignidad. Invertir en la formación continua de los cuerpos del orden es invertir en la democracia, la paz social y el bienestar colectivo.
Lic. Winstong Concepcion Ureña, MA.
Abogado Litigante, Instructor Taser 10 y 7, Armas de fuego, Modulo uso de la fuerza.