Opinión. Lunes, 20 de Enero de 2025
La gestión de los desechos sólidos en Santo Domingo Este enfrenta un desafío crítico que afecta la calidad de vida de sus residentes y el desarrollo del municipio. La acumulación de basura en las calles no solo representa un problema ambiental, sino también un peligro para la salud pública y una amenaza a la imagen del municipio más grande del país.
El principal obstáculo radica en la ausencia de un relleno sanitario propio. Actualmente, los camiones compactadores de basura deben recorrer largas distancias para depositar los desechos en vertederos ubicados fuera del municipio.
Este desplazamiento conlleva pérdidas significativas de tiempo y recursos. Además, las largas filas en los vertederos limitan la capacidad operativa de los camiones, reduciendo su eficiencia y aumentando el tiempo que la basura permanece en las calles.
Con la construcción de un relleno sanitario en Santo Domingo Este, la situación cambiaría drásticamente. Los camiones compactadores podrían realizar entre dos y tres viajes diarios al destino final de los desechos sólidos, maximizando su tiempo de trabajo y reduciendo los costos asociados al transporte. Esta medida permitiría una recolección más frecuente y efectiva, mitigando la acumulación de basura en las avenidas y barrios del municipio.
Sin embargo, mientras esta solución no se concrete, los residentes seguirán enfrentando un problema que parece no tener fin. La creación de un relleno sanitario no solo es una necesidad urgente, sino también un acto de responsabilidad ambiental y de compromiso con los ciudadanos.
El municipio debe priorizar esta inversión, que a largo plazo no solo resolverá el problema de la basura, sino que también contribuirá al desarrollo sostenible de Santo Domingo Este. Hasta que no se tome esta medida, las calles seguirán siendo testigos de la incapacidad de una gestión eficiente de los desechos sólidos.
Es momento de tomar decisiones audaces y efectivas para transformar este problema en una oportunidad de crecimiento y bienestar para todos. La ciudadanía merece una solución definitiva, y un relleno sanitario propio es el primer paso hacia un municipio más limpio, organizado y habitable.