Opinión. Martes, 11 de Febrero, 2025
La reciente amenaza de tsunami en la República Dominicana ha puesto en evidencia una grave deficiencia en nuestro sistema de gestión de emergencias: la ausencia de un protocolo de alerta temprana que llegue directamente a los teléfonos móviles de la ciudadanía. En un país con una extensa costa y una población en crecimiento, la falta de un mecanismo eficiente para advertir sobre desastres naturales puede traducirse en pérdidas humanas evitables.
En muchos países, sistemas como el Wireless Emergency Alerts (WEA) en Estados Unidos o el Sistema de Alerta Temprana de Japón han demostrado ser eficaces al enviar notificaciones instantáneas a los dispositivos móviles en zonas de riesgo. Sin embargo, en la República Dominicana seguimos dependiendo de medios tradicionales como la televisión, la radio y las redes sociales, los cuales pueden no ser suficientes en momentos de crisis, cuando cada segundo cuenta.
Es imperativo que el gobierno, en coordinación con organismos como el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), establezca un Sistema de Alerta Temprana basado en telefonía móvil. Este sistema permitiría enviar mensajes de emergencia masivos, acompañados de alarmas audibles en los celulares, incluso sin conexión a internet. La tecnología y la infraestructura ya existen; lo que falta es la voluntad y la planificación estratégica para implementarlo.
No podemos esperar a que una tragedia nos enseñe la lección. La prevención y la preparación son la clave para salvar vidas. Un Sistema de Alerta Temprana Nacional es una necesidad urgente, y su implementación debe ser una prioridad para las autoridades. La seguridad de nuestra población no puede depender de la suerte ni de la rapidez con la que alguien revise su teléfono en redes sociales. La naturaleza no espera, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo.