Opinión. Jueves, 25 de Septiembre, 2025
La ausencia de dignidad en muchos comunicadores para rechazar limosnas y exigir una porción justa
En la parábola bíblica de Lázaro y el rico, el pobre Lázaro se conformaba con las migajas que caían de la mesa del opulento, mientras este último banqueteaba sin piedad.
Esta imagen tan real, parece revivirse en el Ayuntamiento de Santo Domingo Este (ASDE) bajo la gestión del alcalde Dio Astacio.
Aquí, los comunicadores y medios locales reciben apenas centavos humillantes, mientras que los grandes medios del Distrito Nacional se reparten montos astronómicos de la publicidad municipal.
Solo 4 o 5 medios locales reciben miserias asignadas en publicidad.
Es una desigualdad que no solo revela una falta de prioridad por lo propio, sino que también cuestiona la equidad en el uso de los recursos públicos destinados a beneficiar a los munícipes.
Observando el listado de publicidad entregado por la Alcaldía, la disparidad salta a la vista.
Según documentos públicos, en un reciente desembolso de RD$8,175,000 para 54 medios, ninguno pertenecía al municipio de Santo Domingo Este.
Esto no es un caso aislado; de un total de 75 medios seleccionados para recibir fondos publicitarios, apenas entre cuatro a cinco son locales.
Periodistas digitales locales han sido mayoritariamente excluidos, dejando en evidencia una preferencia por entidades externas que poco o nada contribuyen al entorno informativo del municipio.
En campaña electoral participé en un desayuno con los medios de comunicación a nivel municipal organizado por el equipo del entonces candidato Astacio, ahí firmó un acuerdo donde se comprometía a distribuir la publicidad de manera equitativa.
Pero como hacen algunos políticos, mintió una vez más.
Mientras los medios del Distrito Nacional reciben millones, algunos portales de Santo Domingo Este se ven relegados a «migajas» que apenas cubren gastos operativos.
¿Por qué un alcalde elegido para servir a sus munícipes prioriza a foráneos?
Todo indica que padece del síndrome de Guacanagarix, que aunque no es un síndrome médico ni psicológico, hace referencia al cacique Taíno que tenía preferencia por lo extranjero sobre lo nacional, en este caso prefiere los medios del Distrito Nacional antes que los municipales.
La respuesta yace en una combinación preocupante, la falta de unión entre los comunicadores locales y, peor aún, la ausencia de dignidad de 4 o 5 medios para rechazar estas limosnas y exigir una porción justa.
En lugar de mendigar, los medios de SDE deberían unirse en un frente común, demandando que al menos la mayoría de la publicidad se destine a quienes informan día a día sobre las realidades del municipio, desde las calles inundadas hasta los logros comunitarios.
No se trata solo de dinero; es una cuestión de identidad y desarrollo local.
Santo Domingo Este, el municipio más poblado del país, merece que sus recursos fortalezcan su propia voz.
En cambio, bajo Astacio, vemos un patrón donde el «plato grande» se comparte con allegados al Municipio, personas foráneas, dejando caer solo residuos para los de casa.
Documentos solicitados bajo la Ley 200-04 de Libre Acceso a la Información Pública, como los retirados por quien suscribe, para el período septiembre-noviembre de 2024, confirman esta tendencia.
Es hora de que los regidores, especialmente aquellos de oposición que han permanecido pasivos, fiscalicen cómo se «dilapida» el dinero de los munícipes.
Esta desigualdad no es inevitable; es el resultado de la pasividad colectiva.
Los comunicadores de Santo Domingo Este deben negarse a ser Lázaro, exigiendo no migajas, sino un asiento en la mesa.
Solo con unión y dignidad se puede presionar al alcalde Astacio para que priorice lo local.
De lo contrario, el banquete seguirá en manos ajenas, y el municipio continuará silenciado por su propia administración.