Opinión. Jueves, 16 de Febrero de 2023
DIARIO ECO/SANTO DOMINGO, RD.- Desde aquel domingo de marzo en que la Junta Central Electoral emitió el primer boletín, donde la tendencia inclinaba una victoria de más de un 60% de Manuel Jiménez, los adversarios internos y externos iniciaron una campaña de odio para desprestigiar a un hombre de su estatura moral.
Han sido casi tres años de ataques inmisericordes al hombre que ha sabido enfrentar con hidalguía y virilidad la corrupción administrativa, que ha defendido con garra de acero cada peso de la comunidad que administra, sin embargo, hasta el 15 de febrero del 2023, había puesto la otra mejilla mientras era golpeado con calumnias y zancadillas políticas.
Tal vez hasta sus defensores le hicimos daño en cualquier momento, al no controlar nuestras emociones de ver a opositores importando basura en camionetas y camiones para lanzarla de madrugada en Santo Domingo Este.
Muchos seguidores de Manuel Jiménez ya lo estaban llorando, porque la propaganda opositora lo pintaba como un cadáver político que solo faltaba enterrar.
Este 15 de febrero, con solo levantar el puño derecho junto a su equipo político, comprobamos que ni está muerto ni está enterrado, que a pesar de los ataques recibidos está más vivo que nunca y sus palabras de aliento mostraron que Manuel es un servidor público duro de matar.
Los regidores que con sus razones no fueron al acto del 15 de febrero, en cualquier momento se sumarán a Manuel, porque todos quieren ser ganadores como el alcalde de la transparencia y la honestidad.
Más allá del carisma y las emociones que despierta Manuel Jiménez, hay detrás de él un ejército de mujeres y hombres que vio renovada su fe y el compromiso por una Ciudad Justa y Creativa.
Hoy los manuelistas amanecieron con el ánimo en alto, hoy sabemos que el hombre continuará su lucha más allá del 2024.
