Opinión. Miercoles, 06 de Agosto, 2025

Sin restar méritos a los candidatos que resultaron ganadores todos ellos merecidos triunfadores por haber hecho lo necesario para competir y ganar, algunos supieron identificar en el desorden oportunidades para avanzar. Sin embargo, el popular Manuel Reyes, presidente de un bloque de direcciones medias en Los Tres Brazos, es un hombre demasiado decente e institucionalista como para aprovecharse del caos.

Reyes, quien se mantenía entre los cuatro primeros puestos de ocho disponibles, fue víctima de unas elecciones traumáticas y viciadas. En cada mesa electoral se detectó un exceso de boletas,. Aunque la mayoría de los miembros de la comisión electoral eran personas honorables, uno de ellos tal vez por ayudar a incrementar la participación electoral se comunicó con un individuo externo, pidiéndole que llevara a votar a cuantas personas pudiera que no estaban inscritas en el padrón.

Mientras votantes genuinos hacían fila, algunos desaprensivos respondieron al llamado de ese miembro de la comisión y llevaron a decenas de personas no registradas. Un solo individuo llegó a introducir 25 personas que no aparecían en el padrón. Lo más preocupante es que, además de entrar sin hacer fila, sus votos no fueron verificados ni observados: simplemente fueron depositados en las urnas. Al momento del escrutinio, sobraban decenas de boletas sin justificación.

En medio de ese panorama caótico y oscuro, un hombre tan decente, noble e institucionalista como Manuel Reyes no podía sobrevivir a semejante barbarie electoral. No terminó en último lugar únicamente porque su popularidad era realmente fuerte.

Por amor a su partido, y con el deseo de preservar su integridad, Manuel Reyes prefirió inmolarse políticamente, renunciando a su triunfo para proteger la reputación de la organización que tanto respeta.

Cabe destacar que muchas de las reuniones de candidatos a la Dirección Central fueron coordinadas por él, además de ser uno de los principales articuladores de actividades dinámicas dentro del partido.

Si la dirección política de la Fuerza del Pueblo decide incluir a Manuel Reyes en la cuota de nuevos miembros de la Dirección Central, no estaría regalando nada. Estaría haciendo justicia a alguien que se ganó su puesto de manera limpia, ética y honesta.