Opinión. Miercoles, 21 de Septiembre de 2022
Se debe tomar con el rigor necesario, la denuncia en su momento, a través de una comunicación filtrada a los medios, donde se habla de un supuesto acoso laboral, de parte del actual presidente de la Cámara de Cuentas, en contra de dos servidoras de ese órgano de control externo.
Hace unos días, se produjo un acalorado debate, encabezado por el senador Dionis Sánchez, representante de la provincia Independencia, quien, en duros términos, solicitó al presidente del senado, Ingeniero Eduardo Estrella, que se informara sobre el móvil de la visita a ese hemiciclo, de integrantes del pleno del órgano referido.
Apenas horas de esa petición, empezó a circular una carta, en la que se habla de acoso laboral a dos damas, empleadas de dicho institución, específicamente en la parte jurídica, que dejaba espacio variada interpretación, producto de los términos desarrollados en su cuerpo.
El presidente del senado, hizo su desmentido, sin que eso resultara suficiente para detener el curso y mantenimiento en los medios del delicado tema, derivando en debates y cuestionamientos a favor y en contra. Las descalificaciones en lo personal y político han estado a la orden del día, como si constituyeran lo principal, en algo tan delicado.
No se debe pasar por alto, que dicho pleno fue invitado a la Cámara baja, a fin de conocer de manera directa, las supuestas desavenencias entre ellos, saliendo, al parecer, en estado armónico y dispuestos a continuar haciendo las labores para lo que fueron elegidos.
Hasta ahí, todo parecía dar la impresión de que no había problemas entre los mismos, poniendo de manifiesto su compromiso e interés de continuar desarrollando las labores de manera normal. Es lo que parece, y hasta prueba en contrario, debemos creerles.
Cuando se pensaba que la calma llegaría y las aguas tomarían su nivel, se habla de interposición de una querella ante la Procuraduría General de la República, lo que le da una connotación penal al tema en cuestión, que deberá ser objeto de una profunda investigación, que descarte o asuma como válida, las quejas de las damas en contra del señor Janel Ramírez, presidente del pleno de la Cámara de Cuentas.
Hay que respetar el derecho que le asiste a cada una de las partes, sin que se tenga que tomar partido en una u otra dirección, hasta tanto este espinoso asunto quede aclarado en el lugar propicio, es decir, en el ámbito judicial.
Esto amerita el más adecuado tratamiento, a fin de que todos quedemos satisfechos, necesitamos la verdad.
¡Es cuanto!