No es lo mismo parecer gracioso que caer en gracia

Dicen por ahí que cuando se está al borde del abismo, hay que aferrarse de lo que sea para no caerse. En término político es lo que ocurre con el gobierno y su partido, al ver como ha cambiado el panorama político en relación a aquellos días que ganaron las elecciones.

Hay asuntos que parecen ser buenos en forma y fondo, más sin embargo, el contexto en el que se sacan a la luz puede hacer más daño que bien. En tal sentido, pretender hacerse los graciosos y caer en gracia, suelen no coincidir en muchas ocasiones.

Me refiero a esto en virtud del planteamiento de los oficialistas, quienes propusieron que se haga una depuración a los candidatos a través de la embajada y algunas agencias del gobierno de los Estados Unidos. Llegar al extremo de delegar aspectos de carácter interno, a poderes foráneos, sería no solo vergonzoso, sino también un terrible atropello a la soberanía nacional.

Estamos en el año 2023, lo que significa que pronto arribaremos a los 200 años de vida republicana. Esto debe ser algo más que un número, es decir, presencia de instituciones capaces de dirigir y desarrollar sus procesos, principalmente aquellos que son estrictamente de orden interno.

Se quiere, es lo que pienso, es lo que creo, usar esta modalidad irrespetuosa y altamente nociva para nuestro desarrollo institucional, como arma política para atacar a los adversarios, sin intuir que se está tomando la espada por la parte más fina.

No se puede negar que el sistema de partidos políticos en la República Dominicana, ha sido y es penetrado por individuos de mala reputación; hay ejemplos del pasado y del presente, pero si no estamos en condición de corregir tal situación en función de lo que tenemos como país, debiéramos cerrarlo y que el último bote la llave.

En esto hay que exigir respeto, si es que tenemos la intención de que se nos respete. Viajar hacia parámetros de desarrollo, requiere firmeza de nuestros gobernantes y ciudadanos, única forma de que nos vean con algun grado de respeto.

Se hace necesario, sin renunciar a la corrección de los modelos de aspiración a cargos electivos, que pongamos a prueba las instituciones creadas para eso y otros fines, mismas a las que se les asignan cuantiosas sumas de dinero de nuestro presupuesto.

Tenemos ley de partidos políticos, de régimen electoral, civiles, penales, y órganos como la propia Junta Central Electoral, Tribunal Superior Electoral, Constitucional, y Administrativo. Sin mencionar otros refuerzos, ahí está lo necesario para no caer en estos garrafales errores que nos colocan como el hazme reír en la comunidad internacional.

Ya es tiempo de andar formal, no en pantalones cortos. Demos el salto, hemos avanzado mucho en lo material, solo nos falta un poco de entereza y cambio de de esa añeja y perniciosa mentalidad proteccionista.

En definitiva, no es lo mismo parecer gracioso que caer en gracia. Consideremos aunque sea un poquito nuestro pedazo de tierra.