Opinión. Martes, 09 de Enero de 2024
El presidente Abinader ha caído en la trampa de aquellos que, movidos por intereses propios, le presentan una versión distorsionada de la realidad en Santo Domingo Este. En sus declaraciones, afirmó que el PRM ganaría la alcaldía del municipio con un 55%, sin embargo, la realidad es que los dirigentes de su propio partido enfrentan dificultades considerables, especialmente después de la escasa participación de militantes en la marcha más promocionada de la historia de Santo Domingo Este.
A pesar de ser la figura más popular del país, el presidente encabezó una marcha en Santo Domingo Este cuyas imágenes podrían dar la impresión de éxito desde otras perspectivas, pero los dirigentes locales del PRM estaban desanimados debido a la indiferencia de la población. La actividad estuvo mayormente conformada por funcionarios que llegaron desde distintos puntos del país, mientras que los dirigentes locales asistieron con escaso acompañamiento.
Siempre se ha dicho que el presidente de la República es la figura más informada de un país, con conocimiento de historias personales de ciudadanos prominentes y detalles de la sociedad. Sin embargo, en temas fundamentales de la política real, suelen estar desinformados al depender de informaciones filtradas por los anillos de poder a su alrededor.
El problema del PRM en Santo Domingo Este surge desde que sectores fuertes del partido se empeñaron en desacreditar la gestión del alcalde de su propia filiación. A pesar de mejoras evidentes en lugares como la plaza Duarte, que antes estaba ocupada por bandas delictivas y toneladas de basura, se vendió la imagen de que Santo Domingo Este era un desastre. Aunque las encuestas posicionaban a Manuel Jiménez por encima de los candidatos de su partido y de la oposición.
El actual candidato del PRM dedicó esfuerzos a denigrar la gestión de su propio partido desde un programa de alta audiencia a nivel nacional, construyendo así una imagen distorsionada de la realidad fuera del municipio.
Además, Manuel Jiménez cometió errores notables, como el conflicto con los regidores. El aumento significativo de salarios a obreros y personal de oficina, mientras se ignoraba a los regidores, generó resentimiento. Mientras que la nómina del personal se pagaba con antelación, la conquista para los regidores de bonos navideños, de reyes, de madre y de inicio de año escolar se entregaba hasta una semana tarde, alimentando el descontento con los regidores de su propio partido.
Aunque los regidores de SDE se reúnen solo una vez al mes y son los regidores mejores pagados del país, incluso ganan más que los diputados, el alcalde aun así debió considerar aumentar sus privilegios, siguiendo la tradición de sus predecesores. Si buscaba la reelección, hacer una gestión más laxa y menos comprometida con grandes transformaciones podría haber sido más estratégica. No debió tomarse tan en serio el tema de la transparencia y la honestidad en una sociedad donde la realidad es compleja y a menudo desafiante.
Los perremeistas modernos jamás perdonan a un alcalde que intenta revivir el legado de un líder como Peña Gómez, recordando una época superada de pobreza. Pero, ¿por qué no le informan al presidente Abinader que su candidato no conecta con la gente y que este alcalde, que quedó en último lugar en la primaria de su partido y cometió numerosos errores, es, paradójicamente, el político del municipio con mayor fuerza política y la pieza clave en el complejo rompecabezas de Santo Domingo Este?