Opinión. Viernes, 24 de Enero de 2025
Conforme pasan los meses y no hay ninguna reacción del Gobierno, he escuchado a algunas personas preguntar, ¿qué favor tan grande es que el presidente Luis Abinader le debe Ángel Hernández? Déjenme decirles que hasta yo me he cuestionado lo mismo, porque no cabe en la cabeza de nadie que ese señor siga como ministro de Educación, a pesar del desastre que ha hecho durante su gestión.
Desde que Ángel Hernández asumió como titular, en fecha 8 de agosto de 2022, se ha mantenido en la palestra pública y no precisamente por su buen trabajo. Con dos años y cinco meses que lleva en el cargo ha demostrado su falta de capacidad gerencial.
Ojo, no tengo absolutamente nada personal con el ministro, sino que lo mucho hasta Dio lo ve. No solo lo digo yo, personalidades y cientos de docentes manifiestan que no ha podido dar pie con bola con las principales necesidades que afectan el sector educativo, las mismas quejas persisten; escasez de cupos, de maestros, personal administrativo, así como carencias en términos de infraestructura y problemas de sobrepoblación estudiantil.
Encima de todo esto, se suma la actitud arrogante, prepotente e indolente del funcionario; ha demostrado ser una persona «mecha corta» que no tolera las críticas y al momento de dar una respuesta le echa gasolina al fuego y busca la manera de hacer quedar mal al otro, tapando su falta.
Para ponerle un ejemplo, la diputada Selinée Méndez estaba solicitando que el ministro de Educación compareciera ante la Cámara de Diputados para que explicara la crisis educativa, sin embargo, este a modo descalificativo le respondió «la vergüenza debe ser la falta de desconocimiento de un diputado nacional que debe tener información de lo que está ocurriendo en el sistema educativo».
Pero le puedo citar otro ejemplo de su comportamiento, la prensa, días después de la denuncia acerca de que una menor de edad presuntamente fue violada por dos maestros en San Pedro de Macorís, cuestionó a Hernández rescpecto al tema y solo se limitó a responder «eso ya pasó».
Una contesta que no debería ser propia de un servidor público; los funcionarios deben tener claro que la prudencia es primordial y que todo lo que hagan o digan, sea bueno o malo, será noticia.
En este nuevo año 2025, la gente espera que Abinader haga cambios en el tren gubernamental, que todo el que esté ahí le sume, no que le reste.
Finalizo este escrito, diciendo, el día que ocurra su destitución, será un regocijo nacional.