Opinión. Martes, 12 de Agosto, 2025
No es de ahora que los políticos utilizan el tema haitiano para sus intereses, especialmente en tiempos de campaña y cuando el pueblo se amotina, ya que si de algo estamos claro, es que este asunto mueve pasiones en los dominicanos, quienes sacan sus garras al momento de defender la soberanía nacional.
La crisis que atraviesa Haití, marcada por la violencia de las pandillas y la inestabilidad política, genera preocupación en la República Dominicana por la seguridad de la frontera y el posible aumento de la migración irregular, puesto que los nacionales buscan la manera de sobrevivir y su primera salida es su vecino país.
Ante presiones de la sociedad dominicana, el Gobierno del Luis Abinader ha venido implementando políticas migratorias para enfrentar la dramática problemática, entre las cuales está la deportación de un total de 10 mil indocumentados haitianos cada semana. Pero, ¿qué habrá pasado con esta meta?
En su momento, la referida medida generó incredulidad y el tiempo ha dado la razón. A todas luces se podía ver que era una disposición «populista», dado que se sabía que era imposible de cumplir, dando a entender que se perseguía calmar a la sociedad y obtener el apoyo popular.
Desde octubre de 2024, mes y año en que se hizo el anuncio, hasta la fecha, la Dirección General de Migración (DGM) no ha logrado devolver a Haití los 10 mil haitianos ilegales que prometieron cada semana. Hay que reconocer que los operativos migratorios han aumentado, pero parece ser que no han sido suficientes.
Aclarar que no tengo nada personal con los extranjeros, sino que los dominicanos queremos que el Gobierno, en este caso del presidente Luis Abinader, anuncie medidas que puedan ser posible. Lo que vale son los hechos más que el discurso.