Opinión. Miercoles, 28 de Mayo, 2025
Durante la lamentable tragedia del Jet Set, los dominicanos vivimos días de profundo dolor. Se perdieron vidas valiosas, y el país entero quedó conmocionado. Fueron horas interminables de angustia, llanto y esperanza. Pero entre tanto sufrimiento, también renació algo que nos define como pueblo: la solidaridad.
En medio de esa dura jornada, surgieron héroes silenciosos que pusieron sus talentos y su vocación al servicio de los demás. Hoy quiero reconocer a todos pero en especial a uno de ellos, no solo como ciudadano, sino como amigo el Dr. Víctor Santo, médico forense y orgullo de Los Tres Brazos.
Víctor trabajó más de 30 horas continuas sin descanso, atendiendo con profesionalismo y humanidad los estragos de la tragedia. Y, cuando muchos hubieran regresado a casa, él se reportó a la unidad de patología forense para continuar ayudando a sus colegas, sin buscar protagonismo, sin esperar aplausos. Lo hizo por compromiso, por amor a su profesión y por lealtad a su país.
Este gesto no pasó desapercibido. Ayer, junto a otros héroes anónimos, fue reconocido por el presidente Luis Abinader. Un acto justo para un hombre que representa lo mejor de nuestra gente.
Desde Los Tres Brazos, lo celebramos con orgullo. Porque Víctor no solo es un profesional ejemplar, es también un hijo digno de Santo Domingo Este, un soldado de Dios, y un testimonio vivo de que los verdaderos cambios comienzan con personas que están dispuestas a darlo todo.