Opinión. Lunes, 18 de Agosto, 2025
La situación administrativa en el Ayuntamiento de Santo Domingo Este, bajo la dirección del alcalde Dío Astacio, ha alcanzado niveles que ameritan la atención directa y urgente del presidente de la República, Luis Abinader.
No se trata solo de los escándalos recurrentes que semana tras semana colocan a este cabildo en los titulares de la prensa nacional, muchos de ellos vinculados a denuncias por opacidad en contratos, irregularidades en procesos de compras y prácticas coercitivas contra ciudadanos indefensos. Lo que hoy queremos resaltar con el respeto que amerita la investidura presidencial es el drama humano que enfrentan decenas de extrabajadores municipales, desvinculados sin que se les reconozcan sus derechos laborales más elementales.
Estos exempleados, además de haber sido cancelados sin explicación pública satisfactoria, viven la angustia de no haber recibido sus prestaciones laborales, pese a que el Gobierno central, a través del Ministerio de Interior y Policía y otras instancias estatales, ha transferido más de cien millones de pesos al Ayuntamiento de Santo Domingo Este con el fin específico de saldar esas obligaciones. Esos fondos extraordinarios, que en ninguna otra alcaldía del país se han otorgado con igual magnitud, aún no se han traducido en justicia para los afectados.
Lo más grave es que ahora ni siquiera se les permite la entrada al ayuntamiento, como si reclamar lo que por ley les corresponde fuera un acto subversivo.
La historia de la señora Ana Mercedes Acosta, una dirigente comunitaria que trabajó arduamente desde la madrugada en la recolección de basura durante la pasada gestión y parte de la presente gestión, es ilustrativa. Fue desvinculada el 30 de abril, y hasta la fecha no solo se le niegan sus prestaciones, sino también la devolución de 94 mil pesos que había ahorrado en la cooperativa de empleados municipales. La razón, según informan fuente ligadas los directivos de la misma, es que el Ayuntamiento se retrasa constantemente y en ocasiones por hasta dos meses en transferir los fondos descontados de las nóminas, afectando gravemente la liquidez de la entidad y el cumplimiento de sus compromisos financieros.
Esto no es solo una falta administrativa. Es una falta de respeto a la dignidad humana.
Señor Presidente, usted ha demostrado ser un defensor de la transparencia, del respeto a las instituciones y de la correcta ejecución de los recursos públicos. Ha brindado un respaldo excepcional al alcalde Dío Astacio, y por eso mismo, por ese compromiso con el buen gobierno, este caso merece su intervención.
El clamor de Santo Domingo Este no puede seguir siendo ignorado. No es justo que se empañe su gestión presidencial por una administración municipal caracterizada, hasta ahora, por la falta de transparencia, opacidad, la debilidad institucional y el desorden administrativo.
Los recursos extraordinarios otorgados desde el Ejecutivo deben tener un uso también extraordinariamente transparente. Y cuando eso no ocurre, el prestigio del Gobierno también corre el riesgo de ser arrastrado por la ineficiencia y el mal manejo de quienes han recibido su confianza.
Este es un llamado respetuoso, pero firme sobre el drama de los desvinculados, el incumplimiento con la cooperativa, y el deterioro de la credibilidad institucional del ayuntamiento de Santo Domingo Este no pueden seguir siendo una nota al margen. Necesitan atención presidencial.