×
ECO PLAY TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN PROVINCIAS CONTÁCTENOS

Leonel Fernández dice el Gobierno se aprovecha políticamente del tema de la crisis haitiana

Política. Lunes, 28 de Abril, 2025

DIARIO ECO/SANTO DOMINGO, RD.- El ex presidente Leonel Fernández dijo este lunes que, el país debe actuar con urgencia frente a la crisis migratoria que vive la República Dominicana, por lo que entiende que se deben reforzar las fronteras con el vecino país Haití, además, «desarticular redes de tráfico humano».

Sin embargo, Fernández entiende que el Gobierno debe dejar de intentar «aprovecharse políticamente del tema de la crisis haitiana» y convertirlo en un verdadero tema de políticas de Estado.

Dijo que la propuesta hecha por el gobierno de dialogo nacional, son medidas unilaterales que solo son usadas como tema de propaganda gubernamental.

A continuación, declaración integra

Declaración de Leonel Fernández sobre la crisis migratoria

Pueblo dominicano:

Ante la situación de deterioro que nuestro país ha venido experimentando en lo concerniente a la migración masiva ilegal de ciudadanos haitianos, así como al incremento del narcotráfico y la criminalidad, en representación de nuestro partido, la Fuerza del Pueblo, hicimos una petición a las actuales autoridades del gobierno para que convocaran a diferentes sectores de nuestra sociedad a un diálogo nacional sobre esos temas.

 

El pasado viernes 25 de abril, el ministro de la Presidencia, licenciado José Ignacio Paliza, por instrucción del presidente Luis Abinader, nos invitó a participar en un encuentro en el marco de un pacto nacional para la formulación y ejecución de políticas de Estado frente a la situación en Haití.

 

En esa misiva, se agregó una lista de 15 medidas anunciadas por el gobierno el pasado 6 de abril para enfrentar la inmigración ilegal.

 

Respecto a eso, en la Fuerza del Pueblo consideramos que, efectivamente, frente a las actuales circunstancias que vive nuestro país, la República Dominicana, marcada por un flujo migratorio irregular sin precedentes, se requiere abordarlo con seriedad, sensatez y sentido de urgencia.

 

No podemos ignorar la realidad que se vive en nuestras comunidades y en la frontera. A diario, cientos de personas cruzan desde el vecino Haití buscando en nuestro territorio la seguridad y las oportunidades que lamentablemente no encuentran en el suyo.

 

La República Dominicana, fiel a su tradición humanitaria, ha tendido la mano siempre que el pueblo haitiano, ante la adversidad, lo ha necesitado, como ocurrió con motivo del terremoto de 2010.

 

Pero esa hospitalidad histórica no debe confundirse con tolerancia y pasividad ante una migración desordenada y masiva que sobrepasa nuestra capacidad de respuesta. Sobre todo en estos momentos, en que enfrentamos una situación que pone a prueba la capacidad de gestionar nuestras fronteras, debido al agravamiento de la crisis haitiana provocada por el colapso del Estado haitiano, luego del asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021 y el surgimiento de bandas criminales que asaltan, secuestran, asesinan y mantienen en zozobra permanente al país vecino.

 

Esa dramática situación por la que atraviesa actualmente la sociedad haitiana constituye un peligroso riesgo para la seguridad interna de nuestro país; y es evidente que el cumplimiento de nuestras leyes migratorias es esencial para preservar el orden y la seguridad nacional en nuestro territorio.

 

Sin embargo, más allá de los operativos puntuales, es imperativo evaluar la eficacia de las medidas ejecutadas. Un ejemplo claro es la construcción de la verja perimetral o muro en la frontera con Haití, justificada por la situación de anarquía y violencia que se ha disparado en ese país en los últimos años.

 

Iniciada en febrero de 2022, esta obra fue presentada como una solución integral para controlar la migración irregular y el contrabando. No obstante, a más de tres años de haberse iniciado su construcción, el gobierno solo ha inaugurado 2.7 kilómetros de los 164 previstos.

 

En declaraciones oficiales, se ha informado haber completado 43.6 kilómetros, pero nos ha resultado extraño que no haya habido un acto oficial para inaugurar 41 kilómetros del muro, cuando para solo 2.7 kilómetros se realizó un gran despliegue publicitario.

 

En todo caso, sean tan solo 2.7 kilómetros o 43.6 kilómetros, ¿cómo se explica que el gobierno pretenda decirle al pueblo dominicano que están preparando la licitación para extender 13 kilómetros adicionales cuando ni siquiera han completado su primera etapa de 54 kilómetros?

 

Pero, como la obra requiere de 164 kilómetros, al ritmo actual de avance, la finalización total del proyecto tomaría varias décadas. Además, se han reportado retrasos significativos y problemas de ejecución que han mermado la confianza en esta iniciativa.

 

Así no se protege la soberanía nacional. Así solo se proyecta desorden y se alimenta la desconfianza en las instituciones. El resultado de esta mala gestión es una creciente inquietud ciudadana: nadie quiere un país sin control de sus fronteras, pero tampoco con políticas erráticas que nada solucionan.

 

Frente a esta realidad, es imprescindible cambiar de rumbo. Por ello, elevamos hoy un llamado a las actuales autoridades: dejemos de lado la autosuficiencia y enfrentemos esta crisis con humildad y con sentido de Estado.

 

En nombre de la Fuerza del Pueblo, hemos propuesto en múltiples ocasiones la apertura de un diálogo nacional, amplio e inclusivo, para encarar la situación migratoria.

 

Sin embargo, la respuesta del gobierno ha sido la adopción de medidas unilaterales y la convocatoria a los partidos de oposición para que simplemente respalden sus decisiones ya tomadas, como se pone de relieve en el anexo de la misiva que se nos ha enviado.

 

Eso, naturalmente, no es un diálogo. El diálogo implica sentarse en conjunto a acordar medidas que resuelvan los problemas de fondo.

 

Este diálogo debe implicar que el gobierno deje de intentar aprovecharse políticamente del tema de la crisis haitiana y lo convierta en un efectivo tema nacional de política de Estado.

 

La crisis migratoria haitiana es un problema demasiado serio para nuestra nación como para prestarse a la politiquería. La Fuerza del Pueblo siempre estará abierta a participar en un diálogo sincero, pero se opondrá a adherirse, en forma automática, a medidas unilaterales que tiendan a utilizar el tema haitiano con fines de propaganda gubernamental.

 

Ahora bien, ese consenso nacional debe traducirse en acciones concretas y efectivas. Es imperativo reforzar la protección de nuestra frontera. Dotemos de equipamiento adecuado y de más personal capacitado a las fuerzas desplegadas en la zona limítrofe, de manera que puedan vigilar y controlar cada tramo.

 

Esto implica también desarticular de raíz las redes de tráfico de personas que se lucran con el dolor ajeno. Ningún esfuerzo bastará si permitimos que esos malhechores y grupos delincuenciales sigan explotando la desesperación de quienes intentan cruzar a nuestro territorio.

 

Asimismo, debemos mejorar la respuesta interna. Los centros de detención de migrantes deben ofrecer condiciones seguras y dignas, y los procesos de repatriación han de agilizarse en estricto cumplimiento de la ley. La aplicación de nuestras normas debe ser constante, no solo en operativos esporádicos. La autoridad migratoria ha de actuar cada día con el mismo rigor, sin excepciones ni tolerancia frente a la ilegalidad.

 

Se ha dicho con razón que la dominicanidad nace en la frontera. Esa expresión encierra una gran verdad: nuestra identidad y nuestra soberanía se reafirman cuando protegemos con celo nuestro territorio y hacemos respetar nuestras normas.

 

Hoy más que nunca debemos honrar ese principio con acciones sabias y firmes. Estamos convencidos de que podremos superar esta crisis, como ya lo hemos hecho ante enormes desafíos en el pasado, preservando la seguridad nacional, la paz social y la dignidad de cada persona en suelo dominicano.

 

En esta hora decisiva, hacemos un llamado a la unidad nacional y a la reflexión serena. Que cada decisión que tomemos esté guiada por el amor a nuestra patria y la lealtad a nuestros valores democráticos.

 

Actuemos con la cabeza fría y el corazón ardiente de dominicanidad. Con fe en Dios y confianza en la fortaleza de nuestro pueblo, estamos seguros de que saldremos adelante.

 

¡Muchas gracias!

¡Que Dios bendiga a la República Dominicana!