Sin Categoria. Lunes, 21 de Octubre, 2024
En un clima político complicado, el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader retiró el proyecto de reforma fiscal que había suscitado un amplio rechazo social. La medida se produce a tan solo dos meses de su apoteósica toma de posesión, en un momento en que el ex presidente Hipólito Mejía había abandonado el país, y los líderes de su partido, el PRM, lo habían dejado solo con una carga tan pesada como impopular.
La reforma, presentada por el ministro de Hacienda, Jochy Vicente, era considerada regresiva y se asemejaba a las medidas impopulares adoptadas por el ex presidente Jorge Blanco en 1984, en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En medio de un clima de creciente descontento, Abinader optó por no «inmolarse solo» y retiró el proyecto, evitando así lo que muchos consideran como una derrota política.
Durante el fin de semana, cuando se anunció que los miembros del PRM se movilizarían en defensa de la reforma, varios dirigentes expresaron su descontento. Algunos, aludiendo a la locura de apoyar una medida tan polémica, decidieron mantenerse al margen. Otros, afirmaron que la reforma era una trampa diseñada para perjudicar al presidente, y esperaban que Abinader destituyera a Vicente por meterlo en ese callejón sin salida.
Entre las voces críticas, se mencionaron funcionario del gobierno, como Pavel Isa, Ito Bisonó y Milagro Germán, quienes fueron calificados como defensores de una política fiscal que nunca fue socializada con economistas ni precandidatos del PRM. Estos analistas advertían que la reforma iba a tener consecuencias desastrosas para el partido en las elecciones de 2028 si el presidente no la retiraba.
Un destacado dirigente de Santo Domingo Norte, que está comiendo con grasa, comentó que, al seguir la vista pública de la reforma por televisión, aplaudió involuntariamente a una oradora que calificó la propuesta de «acto criminal» y la comparó con las políticas de Hitler. Este incidente marcaba la magnitud del rechazo que generó la reforma.
Al regresar a mi hogar, me llamó un miembro del equipo de Hipólito Mejía para compartir su alivio ante la retirada de la reforma. «Imagínate el ridículo si Carolina Mejía o David Collado hubieran salido a defenderla, solo para quedar en evidencia después de que el presidente la retirara», comentó. Si Carolina hubiera salido a defender la reforma se hubiera tenido que retirar de la contienda como precandidata presidencial.
Otros altos dirigentes del PRM del DN aseguran que la decisión del presidente fue influenciada no solo por las protestas masivas, sino también por la sensación de soledad y el abandono por parte de sus propios aliados. En un entorno político ya tenso, Abinader se enfrenta a un dilema: castigar a los precandidatos que los dejaron solo o destituir a los pocos funcionarios que aplaudían como focas esa reforma irracional
La retirada de la reforma fiscal podría ser un punto de inflexión en la gestión de Abinader, quien deberá reevaluar su estrategia en un clima donde la presión popular puede unir la oposición y al mismo debilitar un partido de gobierno que de por sí está dejando solo y desamparado a su propio presidente.