Sin Categoria. Lunes, 09 de Mayo, 2022

La sociedad dominicana se encuentra en un estado de conmoción y ansiedad ante los últimos hechos de violencia que se han registrado en los últimos días, en los cuales están involucrados agentes de la Policia Nacional, y no es para menos, pues la violencia está siendo materializada por quienes están llamados a preservar el orden social y llevar seguridad a los ciudadanos.

1- Con un director de la Policia nacional que no acude al llamado de los diputados, para debatir ideas sobre las posibles soluciones que puedan servir para detener la violenta conducta que ha causado la muerte de al menos tres civiles en los últimos.

2 -Un Ministerio Público que acepte como buena y válida la «causa natural» de muerte de un hombre que lo último que dijo a su madre antes de morir fue «dame agua que estoy deshidratado», este fue el caso de José Gregorio Custodio, quien falleció luego de una golpiza recibida estando bajo custodia policial.

3- Una inspectoría policial que diga que, en los últimos casos de muertes que involucran a miembros de su uniformada, no hubo exceso de violencia si embargo, dejaron a un detenido con los grilletes (esposas) dentro de una celda con más presos.

4- Con autoridades que aludan al estado mental de una persona que, esposada fue encerrada junto a otros presos y no solo eso, que grabaron escenas horrorosas de golpes al mismo, y más que intervenir, se burlaban de la condición en la que está se encontraba, como fue el caso de David de los Santos, quien falleció el pasado uno de mayo.

El miedo a que un pariente sea retenido y llevado a un destacamento, es ahora más latente en cada ciudadano dominicano y las razones han cambiado.

Antes, el temor era que los demás detenidos agredieran al nuevo, que la celda este sucia sin un toilet, que no lo alimentaran, etc, ahora el temor es que los mismo policías, los llamados a proteger al ciudadano, sean quienes los agredan ó manden a hacerlo.

Son muchos los casos que se han hecho virales, donde ciudadanos se desnudan antes de ser detenidos para que no les pongan sustancia narcóticas, o para que vean las condiciones en que tienen su cuerpo, sin golpes, y todas esas acciones no son más que por desconfianza a las autoridades, a los uniformados de la Policía.

El derecho a la vida, arrebatado a mano de bestias que habitan en la sociedad, debería ser el único punto focalizador de las investigaciones que se están llevando en torno a las horrendas muertes de David de los Santos, en Santo Domingo, José Gregorio Custodio, en San José de Ocoa y la de Ricrad Báez, en Santiago.