Sin Categoria. Miercoles, 16 de Marzo, 2022
Por: Jenniffer De Los Santos
Con el paso del tiempo la tecnología ha servido de gran utilidad para que las personas realicen múltiples funciones desde informarse hasta entretenerse.
Esta herramienta cada vez más ofrece opciones de entretenimiento, ya que han sido muchos los videojuegos que surgen año tras año, para mantener al usuario conectado a distancia con otros amigos como si estuvieran uno al lado del otro viviendo la misma emoción.
El problema radica en que muchas personas lo usan de manera excesiva hasta llegar a un punto en que se convierte en una necesidad para poder sentirse bien, logrando mantenerlo en un circulo que algunas veces es difícil de salir.
Esta situación pasa frecuentemente en las familias, debido a que los padres llegan a ser tan permisivos con el horario de juego que no son conscientes del daño que le puede ocasionar a los niños y adolescentes.
Una particularidad de los videoconsolas es que conforme pasa el tiempo han ido evolucionando, creando mundo ficticios y cada vez más reales para que los jugadores se sumerjan creyendo que es verdad.
Hoy día, la socialización o jugar como se hacia tradicionalmente entre amigos ha sido reemplazado por las nuevas tecnologías.
Desde el mes de febrero del presente año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la adicción a los videojuegos como un desorden mental al incluirla dentro de su clasificación en vigor de enfermedades.
Asimismo, la OMS explicó que signos como no poder parar de jugar en internet o con una consola, desatender las amistades o el trabajo a causa de ello, en periodos superiores a un año, pueden ser síntomas de esta adicción.
Algunas veces los padres por la cantidad de responsabilidades que tienen hacen uso de éstas tecnologías como una herramienta para entretener a sus hijos a corta edad sin mediar las consecuencias que podría generar en el futuro.
Es necesario que las familias controlen o eviten el uso desmedido de los videojuegos y le hagan entender a los niños y adolescentes que esto puede causar problemas como la ciberdependencia o representar un amenaza para la privacidad.
Una alternativa podría ser lo planteado por Serge Tisseson, psiquiatra francés de la Universidad de Nanrrete en París, quien creó en un estudio científico basado en la regla llamada 3-6-9-12 que además es recomendada por la Sociedad Francesa de Pediatría Ambulatoria, contempla los siguientes parámetros: evitar las pantallas antes de los 3 años, no utilizar consolas de juegos portátiles antes de los 6 años, usar internet después de los 9 años pero siempre bajo el acompañamiento y regulación de un adulto y después de los 12 años pueden acceder internet solos pero es recomendable establecer horarios de uso.