Sin Categoria. Lunes, 07 de Noviembre, 2022
A pesar de que falta poco más de un año para la realización del certamen electoral del 2024, empieza a verse con claridad a un Leonel Fernández, jugando a sus anchas en el tablero político. Se puede decir que la articulación de su discurso, acorde con el pensamiento social, está marcando una diferencia abismal con relación al oficialismo u otras parcelas políticas, que evidentemente no están en condiciones de anotar tiros de dos o de tres, tal como ocurre en el exigente baloncesto.
Sabemos que es un juego político complicado, sobre todo por los codazos y demás jugadas fuera de reglas, ejecutadas principalmente por los que detentan el poder. Sin embargo, las malas ejecuciones en cuanto a las políticas estatales, están cada vez más cercanas al fiasco, parte que le quita el empuje a quienes deciden intentar reelegirse obviando la sabiduría de un pueblo.
El factor crisis, aspecto que se manifiesta con fiereza sobre la gran mayoría de los dominicanos, parte que se empeora cada día, no permite a los oficialistas desarrollar relatos mínimamente creíbles. Existe un lamentable divorcio entre lo que se expresa en ese ámbito y lo que enseña la inocultable realidad. La economía sigue mal y creciendo en términos negativos, a decir de expertos y gente llana que la sufre en carne viva.
El expresidente Fernández Reyna, meticuloso e inteligente político, coloca con cierta frecuencia en la palestra pública, temas interesantes en los que se describe la verdadera situación que atraviesa el país, atacado por factores externos e internos, a lo que se suma penosamente el mal manejo de los que nos gobiernan. No se ha visto respuesta de calidad, solo intentos fallidos de descalificación política, elemento infaltable cuando escasean los buenos argumentos.
Si lo vemos en el plano de la lucha entre opositores, también tendríamos que decir sin un ápice de apasionamiento, que el tres veces presidente, está como el imán, es decir, con una potente fuerza de atracción, la que aglutina día tras días a la mayor parte de la población, esa que luce decidida a otorgarle un cuarto mandato, siempre pensando en que aplique su elevada categoría de estadista, cualidad reconocida aquí y fuera de nuestro territorio.
Es entendible el juego de estrategias y tácticas desplegado por los que gobiernan, encaminado a anotar puntos a como de lugar, sin reparar que el precio se paga en el mismo partido, al tener un adversario que conoce al dedillo su formato de mover el balón, con el debido conocimiento hacia donde lo dirigen, lo que da la ventaja de ser tomado sin problema y llevado con plena seguridad al canasto del éxito.
Se puede decir, sin temor a equivocación, que el doctor Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo, suben cada vez más en la simpatía política. Las muy nutridas y seguidas juramentaciones de simpatizantes, incluida gente del Partido gobernante, son el termómetro perfecto para saber por donde andan las posibilidades del indiscutible líder opositor.
Sin triunfalismo u otra modalidad similar, hay que concluir que Leonel y los verdes, se están tomando desde ahora la cancha completa, aplicando fórmulas de juego sumamente difíciles de descifrar, las que, por demás, son aplaudidas por una fanaticada que está ansiosa por ver la copa dorada levantada por una franquicia que interprete sus mejores anhelos.
Dirían algunos que es muy temprano para hablar de un ganador de los venideros comicios, pero en mi campo se dice, como parte de la sabiduría popular, que un buen año es predecible a partir de las cabañuelas que se anuncian en su inicio. Con más razón, se puede afirmar, al ver al indiscutible líder de la oposición, haciendo jugadas maestras, mismas que le permiten hacerlo sin mayores dificultades a cancha completa.