Estilo y Vida. Lunes, 10 de Octubre de 2022
DIARIO ECO/SANTO DOMINGO, RD.- La abstinencia sexual puede ocurrir por voluntad propia, es decir, por razones religiosas o morales, y también de forma involuntaria, ya sea por cuestiones de salud, por viudez, falta de pareja o porque la persona con la que sostiene la relación vive en otro país o se encuentra lejos por otras razones.
Ante esto, los especialistas manifiestan que no tener una vida sexual activa causa una serie de consecuencias negativas para las personas adultas, las cuales podrían afectar su vida cotidiana.
Entre los resultados negativos están mayores niveles de estrés y ansiedad, debido a que cuando una persona tiene sexo, su cerebro libera endorfinas y oxitocina, sustancias que generan un efecto analgésico y sensación de bienestar. Claro está, siempre y cuando esta actividad no se generadora de estrés.
Asimismo, provoca problemas de autoestima, esto se debe a que la sexualidad es primordial para la autoestima del ser humano, para que se sienta que su vida vale la pena.
Disminución del deseo sexual, el cual la psicóloga y sexóloga María Martínez Murillo apunta que «el deseo sexual es una necesidad de la especie y no del individuo». Existen necesidades imprescindibles como comer, beber o dormir: cuando estas no son satisfechas, el cuerpo da señales de que lo necesita para seguir viviendo. En cambio, señala la especialista, «con el deseo sexual sucede justamente al revés»: como en un círculo vicioso, la falta de sexo no hace que el cuerpo dé señales de que lo necesita, sino que el deseo se va apagando hasta desaparecer. Es decir, la libido se canaliza en otras actividades y el deseo sexual se inhibe.
También genera debilitamiento del vinculo de la pareja, puesto que tener sexo fortalece la conexión con tu pareja y hace que haya más comunicación y más afecto.
Otro efecto perjudicial es mayor riesgo de disfunción eréctil en los hombres; los expertos señalan que la abstinencia sexual o tener muy pocas relaciones, puede duplicar el peligro de sufrir disfunción eréctil. Y a esto se añade otra cuestión exclusiva de los varones: cuanto menos frecuentes son sus eyaculaciones (sin importar si tienen lugar en un acto sexual con otra persona o por masturbación) más grande es el riesgo de padecer cáncer de próstata, de acuerdo con las conclusiones de una investigación basada en casi 32.000 hombres y publicada en 2016.
En cambio en las mujeres, causa pérdida de tono y atrofia vaginal, puesto que si la vagina (es un musculo) no entra en funcionamiento regularmente, aparece una pérdida de tono e influye en la atrofia vaginal.