Opinión. Lunes, 30 de Diciembre de 2024
Se ha convertido en una práctica ordinaria en la República Dominicana, la designación de funcionarios del más alto nivel en áreas sensitivas de la administración pública, sin
la competencia o experiencia para garantizar una gestión eficiente.
El gobierno que preside Luis Abinader Corona, obviamente no ha sido la excepción; y como para muestra basta un botón, vamos a señalar dos casos:
Primero: la designación de una ministra de Interior y Policía sin el más mínimo perfil para desempeñar con eficiencia ese importante cargo, lo que podría tener como vector resultante, la perdida de vidas humanas y una alarmante inseguridad ciudadana.
Segundo: la designación en el principal ministerio de la administración pública (ministerio de educación) de una persona vinculada a la educación superior privada desde el ámbito empresarial, pero sin perfil gerencial para dirigir ni siquiera una escuela pública. El resultado como era de esperarse ha sido un gran fracaso.
Señor presidente, el Todopoderoso le ha concedido la oportunidad de emerger como un buen estadista, y descontinuar esa practica aberrante desde el inicio de su segundo cuatrienio, designando en las posiciones estratégicas para el desarrollo nacional a los mejores técnicos y especialistas disponibles en el país; y así, salir por la puerta ancha de la historia, como en su momento lo hiciera el irrepetible Joaquín Balaguer Ricardo.
Un país sin educación ciudadana,, sin formación tecnológica y sin educación superior especializada, está condenado a
a la pobreza eterna.
En ambos casos el vector resultante podría tener efectos perturbadores para el bienestar colectivo de la nación.