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USAID y periodismo

Opinión. Martes, 11 de Febrero, 2025

Hasta el momento en que esto escribo, nadie ha mostrado una sola evidencia de que algún periodista/comunicador dominicano, cercano a este gobierno o a los cuatro anteriores, haya recibido pagos de parte de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), cuyas operaciones globales fueron canceladas, pero volverán; redefinidos objetivos y beneficiarios volverán. (Y es que, ningún imperio, y menos en la sociedad de la información en que vivimos, puede descartar el uso del “poder blando”; menos ahora que Trump ha desempolvado el concepto imperial de “Destino Manifiesto” (Dios escogió a EE.UU. para mandar en el mundo). La USAID continuará con otras formas, con la ideología del Tecno-Feudalismo u oligarquía tecnológica que Elon Musk and friends representan, pero continuará).

Volviendo al principio, llama poderosamente la atención que, si no existe evidencia de esos pagos, las redes y las plataformas ardan afirmando lo contrario. ¿Por qué ocurre esto? Uno lo había advertido hace años: porque “donde las dan las toman”, y quien a rumores y/o insultos mata, no puede morir a entrevistas o comentarios periodísticos serios. Lo lamentable es que en esa ecología de medios -tan dispares- cabe todo, cabemos todos. Nadie tiene la exclusividad de la indecencia. Ojo por ojo y todos quedaremos ciegos.

El malestar viene de lejos. Durante años, en nuestro país ha existido una especie de élite periodística convencida de tener la exclusividad de la verdad, del buen periodismo, y sobre todo de la honradez. Algunos jugaron al peligroso juego de difamar desde el rumor sin confirmar, sin utilizar los rigores básicos del periodismo, aun conociéndolos. Con el rumor, fusilaban. Más de uno llegó a destacarse, no por sus agudos análisis políticos, sino por su propensión al insulto y la burla, mientras otros brillaron por lo irrespetuosas, insultantes y destempladas de sus entrevistas. Hagan memoria. Revisen Google.

Como la USAID -sin tenerlos en nómina ni hacerles ningún pago- mantenía relaciones directas o indirectas con la mayoría de los miembros del grupo, muchas de sus víctimas personales y políticas han aprovechado “la crisis USAID” que arde en las redes para pagar con la misma moneda. Todo agravado por el éxito de una “comunicación coprológica” que ya es predominante en redes sociales y plataformas digitales, y con apoyo popular masivo, que es lo más preocupante. Al fin, una sociedad es lo que consume. Como en el tango, “nada más que esto somos, nada más”.

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